Gastronomía cántabra infinita

24/01/2011

María José Sañudo.

Fuimos a Casa Frutos en la Vega del Pas. Un restaurante familiar y asequible. Como aquí nadie me advirtió,  pagamos más de lo que voy a pagar la próxima vez que venga, que espero que sea pronto. En Casa Frutos  con un plato comen dos. Se lo vi hacer a unos vecinos de mesa y la torta les costó la mitad. El próximo día les voy a imitar. Todo son ventajas; comes menos, pagas menos y estás mucho mejor del  estómago.

Como mi hijo jugaba a los bolos en el pueblo de Ampuero, desde allí nos fuimos atravesando dos puertos de montaña, que resultaron un poco pesados; sube, baja, curva, curva. Cantabria infinita y profunda, profunda. Con su puerto de la Sía y el puerto de Lunada. En algún momento mi GPS decía que estábamos en la provincia de Burgos, de forma y manera que hasta el GPS calculó la ruta en menos tiempo de lo que lo hicimos y llegamos tarde. Habíamos perdido la reserva, pero el señor muy apañado, nos colocó en un mirador chulísimo en la planta de abajo, junto a la ventana.

Como son dos plantas las que ocupa el restaurante, lo voy a pedir para el próximo día. Una vez sentados nos contaron lo que podíamos comer. En ese momento comenzó el festín. Comimos un cocido montañés buenísimo servido en un perolo transparente. Lo colocan en la mesa y te vas sirviendo lo que te apetezca comer, posiblemente, de lo rico que está, te lo quieras terminar entero. Pero había que dejar sitio al espectacular lechazo. Los postres son caseros, pero sin título nobiliario. Muy buenos. No había mucha variedad porque era la feria de vacas de Entrambasmestas y se habían comido todos los segundos y los postres.

Después compramos sobaos en la Zapita, y justo enfrente de Casa Frutos había un paisano vendiendo exquisiteces de Cantabría; pimientos de Isla, limones de Novales, miel, crema de orujo. Para terminar, nos fuimos a ver el Museo de las Villas Pasiegas. Ya habíamos ido con nuestra amiga Covadonga Fernández, propietaria de la Casona Azul de Corvera –un lugar para dormir después de esta pantagruélica comida. Me apetecía repetir la visita. Nos atendió esta vez una guía mucho más resuelta que la primera vez y digo que voy a volver dentro de poco, porque allí, en el museo, me enteré que en Selaya hay un Museo de las Amas de Cría con vestidos pero cerraban a las 6 y ya no llegábamos.

Volvimos a Santander con 2,50 euros, justo para comprar 2 helados de queso en Ontaneda y para casa.

¿Te ha parecido interesante?

(+4 puntos, 6 votos)

Cargando...

4 pensamientos en “Gastronomía cántabra infinita

  1. Señora Sañudo, me reafirmo en considerarla infinita y sus comentarios siempre son acertados,certeros y fulminantes. Otra vez, Enhorabuena ¡¡¡

  2. Este fin de semana voy a intentar hacer esa ruta incluyendo el museo de las amas de cria y la piscifactoria que hay en un pueblo cerca de selaya en el que tu mismo pescas las truchas que quieres comprar.

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.