La horquilla de precios entre 41,5 a 53,5 euros por acción que figura en el informe de Enaire, sociedad pública que controla Aena, para la colocación del 28% del capital del gestor de los aeropuertos se configura como otro de los obstáculos para culminar el proceso de entrada de socios privados en la citada compañía. Esta banda, que supone cuantificar la compañía entre 6.225 millones y 8.025 millones de euros, es considerada muy elevada por gestores de instituciones de inversión colectiva, brokers y analistas.

Si bien esos precios son orientativos, la idea que subyace en la Oficina Económica del Gobierno, según las declaraciones de su responsable, Álvaro Nadal, apunta a que no se va a admitir una valoración de Aena por debajo de los 6.200 millones de euros. Y razonó esta posición, en una reciente intervención pública, por la relación del valor empresa y el ebitda (resultado bruto de explotación) de la empresa aeroportuaria.

Gestores de fondos ya habían señalado en la etapa anterior  -cuando se cerraba la creación del núcleo estable de Aena- que las condiciones no hacían atractiva la entrada en la venta del 21% de las acciones, y sólo uno participó en el concurso. Entre los aspectos negativos figura, además de la congelación de las tasas aeroportuarias, que el Estado mantenga el 51% del capital y, por tanto, gestión y retribución a los accionistas.

Es un obstáculo más que se une a los llamados problema técnicos, que están relacionados con PriceWaterhouse (PwC), que es el auditor de Aena y, al mismo tiempo, el responsable comfort letter de la OPV. Una cuestión detectada por el ICAC, organismo dependiente del Ministerio de Economía, al que tiene que dar una solución. Si la resolución pasa por el cambio del auditor no se descarta que la salida a Bolsa se retrase varios meses, con lo que no se cumpliría con el calendario que defiende el Ministerio de Fomento que mantiene las fechas previstas.