No hay forma de que los mercados europeos consoliden una mínima tendencia y logren tres cierres consecutivos al alza o a la baja. Todo es indecisión, vaivén y mirar hacia otro lado a la espera de que, re repente, el mercado arranque, de un empujón importante a todo que nos devuelva a niveles de máximos donde volver a comenzar a sestear.
Es una dinámica extraña, pero de momento no es peligrosa ya que no ha logrado aún sacar a Dax del canal que estaba trazando en los últimos tiempos, aunque sí se nota la tremenda congestión.
El índice alemán no ha sido capaz en toda la jornada de hoy de presentar un mínimo síntoma de fuerza y eso que la compra de BG Group por parte de Shell animó el cotarro en el sector que habitualmente hace de lastre, el energético.
Sesión claramente bajista la del índice alemán que ha dejado al resto de mercados europeos con una referencia bastante negativa y ante la que no han hecho otra cosa que bajar la cabeza e intentar minimizar las pérdidas.
Cabe destacar el buen comportamiento en este sentido del CAC francés, que ha aguantado el chaparrón mucho mejor que el resto y en el lado negativo hay que destacar al Aex holandés, que tras marcar ayer nuevo máximo relativo ha dado un paso atrás bastante claro.
Por lo que se refiere al Ibex, lo intentó a primera hora de la mañana pero después de ver cómo se desenvolvía el Dax pareció mimetizarse y dejarse arrastrar por la corriente.
Al cierre, el Dax se dejó un 0,74%, el FTSE un 0,35%, el CAC un 0,28 y el Ibex un 0,68%.
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