Sostiene Houellebecq

22/05/2015

Daniel Serrano. Una Francia islamizada ¿es posible? Sumisión no plantea tal cosa.  No es un profecía apocalíptica.

Se trata de una mera hipótesis y, como hipótesis, ésta que propone Michele Houellebecq está bien armada y puede entenderse como un ensayo certero sobre una Europa soñada en la que los islamistas llegaran al poder por la vía de las urnas.

Y, sin embargo, si lo pensamos un poco, tal vez resulta exagerada la Francia con burkas que plantea Houellebecq teniendo en cuenta que en un país como Turquía, mayoritariamente musulmán, un gobierno islámico no ha logrado erradicar de la sociedad el laicismo que Ataturk impusiese hace tanto tiempo. Si los turcos resisten a la islamización radical, ¿por qué habrían de ceder los franceses?

Pero la pregunta es otra.

¿Funciona Sumisión como novela?

Pse. Regular.

sumiFunciona más bien como ensayo, como distopía inteligente ante un actual estado de cosas.

Le falta, no obstante, un poco de emoción a este relato en el que Houellebecq vuelve a agitar en la coctelera sus ingredientes habituales: sexo, misoginia, provocación, crítica política y social…

Su personaje principal vuelve a ser el mismo: un cuarentón/cincuentón en decadencia vital, cual Woody Allen hiperintelectualizado y follador. Su novia, judía, se larga a Israel y a él le da por buscar respuestas espirituales a su hastío existencial.

El argumento, ya lo saben, gira en torno a la victoria electoral de un islamismo con rostro amable que logra, para gobernar, la complicidad de una socialdemocracia sin rumbo.

En su crítica a la izquierda francesa, Houellebecq acierta. El socialismo europeo se halla sumido en tal desorientación que, cuando Syriza planta cara a Berlín, no es capaz de mostrar su apoyo y vuelve a su rutinaria agenda de cosmética social y propuestas aburridas.

En fin, ellos se lo pierden.

Más allá de la parte política o de crítica social, queda una novela tan entretenida y hábil como todas las de Houllebecq pero un tanto fallida.

Arranca muy bien y, en seguida, nos olemos que esto no va a ir mucho más allá.

Con que concluye a la buena de Dios y hasta la próxima.

Con todo, Sumisión es una novela que hay que leer. Porque Houellebecq siempre tiene a su favor el contar con una enorme capacidad de reflexión sobre los grandes temas que nos preocupan.

La historia de amor es floja, las escenas de sexo tan guarras como siempre y de la misoginia llorona de Houllebecq qué les voy a contar.

No, no es una mala novela Sumisión. No se trata de eso. Se trata de que a Houllebecq le tenemos que exigir mucho más.

Aunque vaya usted a saber. Yo soy de los que opinan que La posibilidad de una isla es, de lejos, la mejor novela de Michel Houllebecq. La crítica sigue mencionando Las partículas elementales y Plataforma. Que también están muy bien pero no tanto.

En resumen. Michel Houllebecq es un autor de obligada lectura. No hay vuelta de hoja.

Claro que también han publicado lo último de María Dueñas.

Cada cual es libre.

Sumisión. Michel Houellebeq. Anagrama.

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