Una vez más se ha puesto de manifiesto la Europa de los contrastes. En el mismo día que supimos que en España hay casi cinco millones de parados, la cifra más alta de la historia, también se hizo público que el paro alemán está en su cota más baja desde 1992. Y aunque los mercados se esfuercen en disimular y parecer uno solo, la verdad es que se nota.

¿Cómo se nota? Pues en que el Dax sigue descaradamente alcista y el resto de los índices renquean, en especial nuestro Ibex. Tiene su lógica que ocurra así, pero lo cierto es que va a seguir ocurriendo porque aquí nadie se ocupa de mirar qué ha hecho bien Alemania y qué hemos hecho mal nosotros. Se contentan con arrojarse las cifras a la cara en lugar de reflexionar y descubrir que cuando a los alemanes les apretó de verdad el zapato, se sentaron, dialogaron y pusieron en marcha un gobierno de coalición entre los dos grandes partidos. ¡¡Qué envidia!! De nuestros politicastros no podemos esperar algo así, porque si algo les falta, además de clase, conocimientos e incluso educación, es altura de miras.

¿Y qué tiene esto que ver con los mercados? Pues bastante más de lo que parece. Los inversores van a preferir sistemáticamente los valores alemanes frente a los españoles, porque saben que allí se han hecho los deberes y se volverán a hacer si hace falta, mientras que están convencidos de que aquí ni se hacen los deberes, ni se han hecho, ni se van a hacer. Cuentan con que se irán poniendo parches uno tras otro y que si la suerte nos sonríe sacaremos la cabeza hasta la siguiente crisis, pero ni un segundo más.

Miren si se nota. Mientras el Dax ha avanzado hoy un 0,45% y cerrado en máximos desde enero de 2008, el Ibex ha cerrado en positivo por casualidad, un 0.10% arriba, después de coquetear con las pérdidas durante buena parte de la sesión. Pero estuvo incluso peor el CAC parisino que, tras una apertura muy a la baja, remontó para cerrar con una subida del 0,05%. Y todo ello mientras en Londres ponían el cartel de «cerrado por Boda Real«.