Si salta la alarma de mi teléfono informándome que “Rajoy está muerto” mi respuesta será evidente: estoy harto de tanta publicidad fraudulenta. Lo muerto no es capaz de hacer daño por sí mismo, pero en este caso no somos aun conscientes como sociedad, nación de naciones, estado, pueblo que lo que Rajoy está perjudicando a España es un no parar.

Rajoy mortuus est pues si no cómo se puede entender que el Ministerio Público de España sustentado por miles de profesionales, de sobrada capacidad e integridad, baluarte del Estado de Derecho garantizando la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, sea tomado a risa por el Jefe del gobierno. Reparen en las esenciales misiones que el Estatuto Orgánico otorga a la institución: “promover la acción de la justicia”  “defensa de la legalidad”, “de los derechos de los ciudadanos”, “del interés público“, “velar por la independencia de los Tribunales”, y “procurar ante estos la satisfacción del interés social”. En estos momentos la lectura de este precepto (art.1) debería ser obligatoria para todos para que tomáramos consciencia de lo que significa la actitud pasiva en ordenar y limpiar esta institución. Perder el respeto a la Fiscalía es perdérselo a la Ley y un día nos levantaremos con el pie cruzado y decidiremos que las normas, las de tráfico, de consumo, los derechos laborales, las fiscales, las penales hoy no toca cumplirlas, o mejor las cumplimos modelo Mariano como si de “chismes” se tratase.

Está muerto para eso y para lo demás. ¿Dónde está su respuesta a Trump? El Presidente de  los EEUU también debe beber de la profunda  sabiduría científica que Rajoy, su querido primo el catedrático de física en la Universidad de Sevilla,  piensa que esto del “cambio climático” no es el problema mundial “¿Cómo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?» – decía el primo, corroboraba Mariano y piensa, si piensa, el gringo del pelo rojo.

Miren vamos a ser claros los EEUU por medio de su Presidente nos acaban de declarar la guerra. No hace falta sofisticadas armas de las que dispone el ejército de los Estados Unidos, que por otra parte también está rompiendo poco a poco la alianza militar defensiva con Europa. Los EE.UU han decidido atacar a la humanidad con dióxido y monóxido de carbono, hidrocarburos, óxidos de nitrógeno, azufre y ozono, para empezar. Como Hitler lo hacía por el bien del pueblo alemán, él lo hace por el bien de los trabajadores americanos. Los líderes europeos no han mirado para otro lado y parece que van a reaccionar y puede que ello signifique una nueva alianza internacional con el otro país gran contaminante, China. Quizás nos sorprendamos y el país más poblado del mundo tome consciencia de que debemos poner freno al proceso de deterioro del planeta.  Esto es como Kim, el coreano, y su amenaza de tirar bombas nucleares, lo que sucede es que aquí ya están lanzadas y ahora hay que desactivarlas. El que consiente, el timorato, el ignorante es tan responsable como el que ha apretado el botón de mandar a las nubes, y más allá, los esfuerzos, ya de por si tibios, de combatir el cambio climático.

La turné de Trump ha servido para lanzar mensajes subliminales que no debemos olvidar: militarmente los rusos no son una amenaza para los EEUU por eso su visión de seguridad se va para el Pacifico, donde  coreanos y chinos le inquietan más, “si Europa quiere defensa colectiva que se la pague”. La visita ha tendido la escenografía de la Marche de l’empereur, con empujón al centurión montenegrino incluido, marcando territorio y ha finalizado con portazo diciéndonos a todos que el cambio climático es “una chorrada”, lo mismo que piensa nuestro Presidente y su familiar.

Entre Chismes sobre la justicia y Chorradas sobre el medio ambiente se debate nuestra vida. Con un líder yacente que de lo único que puede vanagloriarse es que va a tener unos presupuestos fruto de haberlos comprado a alto precio y encima en unos días declara como testigo en juicio sobre corrupción a su partido. Si yo fuera magistrado le preguntaría sobre todo esto y más apercibiéndole de que ahí no puede mentir.

En definitiva, él es un muerto y nosotros despacito, despacito vamos camino de estarlo.