En el caso de España, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa interanual en el 1,3%. De este modo, el diferencial de precios respecto de la zona euro favorable a España se reduce a una décima.
En marzo, los precios de la energía subieron un 5,3%, frente al 3,6% de febrero, mientras que los alimentos frescos se encarecieron un 1,1% desde el 2,9% de febrero y los servicios subieron un 1,1%, frente al repunte del 1,4% del mes anterior.
De este modo, al excluir el impacto de la subida de la energía, la tasa de inflación interanual de la zona euro sería del 1%, tres décimas inferior a la lectura del mes anterior.
Sin tener en cuenta la energía y los alimentos frescos los precios subieron un 1%, frente al repunte del 1,2% de febrero. Al dejar fuera del cálculo la energía, los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, la tasa de inflación se situó en el 0,8%, dos décimas por debajo del repunte observado en febrero.
Entre los países de la UE, las mayores subidas interanuales de los precios se registraron en Rumanía (4,2%), Hungría (3,8%) y Países Bajos (2,9%), mientras que las menores tasas de inflación se observaron en Portugal (0,8%) y Grecia (1%).
A principios de marzo, el Banco Central Europeo (BCE) revisó a la baja sus pronósticos de crecimiento e inflación para la zona euro, rebajándolos respectivamente al 1,1% y al 1,2% en 2019, seis décimas menos de lo que espera en diciembre en el caso del crecimiento del PIB y cuatro décimas menos en el caso de los precios.
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