La venta por ACS de Cobre, su filial de servicios industriales, a la francesa Vinci da los últimos pasos después de unas negociaciones complejas de más de seis meses. La desinversión es muy relevante para el grupo que preside Florentino Pérez por la importancia de la filial y porque el acuerdo intenta incluir un acuerdo para desarrollar conjuntamente la cartera de renovables que Cobra que asciende a 25 gigawatios.

La compañía de infraestructuras española y Vinci lograron un pacto inicial por el que ACS recibiría 5.200 millones de euros por Cobra, cantidad que estaba formada por 2.800 millones de euros en metálico y 2.400 millones millones en acciones de Vinci. Estos títulos correspondían a alrededor del 5% del capital. Si bien ese punto se enfrentó a obstáculos por lo que después de planteó que el total se abonase en efectivo.

En el contexto de las conversaciones surgió otra cuestión que añadía complicaciones a la alianza; ACS no quería renunciar a la cartera de renovables que están en los activos de Cobra. La solución planteada era la participación y desarrollo conjunto a través de una joint-venture.

Sin tratarse de una posición oficial pública, medios de las negociaciones señalaron que el Gobierno francés era reacio a que ACS tomará una participación del 5% en Vinci, posición que se consideraba relevante para estar en manos de un grupo extranjero. Vinci es una empresa relevante en el sector de las infraestructuras y el tratamiento del  agua. Sus orígenes están relacionados con empresas clave para Francia, desde la Compagnie Générale des Eaux a Vivendi o Saint-Gobain.

Este bache modificó los términos del acuerdo, ya que conllevaba el pago de una prima de unos 150 millones como prima por las acciones de Vinci. En esta línea se pronunció Florentino Pérez en la presentación de los resultados de ACS de 2020. «En estas negociaciones se incluye el pago íntegramente en metálico». ACS quiere centrarse en el área de infraestructuras.