Ysaac M. de Txiquerra es el autor de Espías de sangre, un relato basado en hechos reales, donde personas comunes, con sus ideales, se introducen en las redes de los agentes dobles viéndose obligadas a luchar por su propia supervivencia. La novela, que se desarrolla de 1930 a 1970, transmite con detalle un periodo posterior a la segunda guerra mundial, en el que la península se convierte en el mayor avispero de Europa. En ese momento, dos extraños con ideologías opuestas —uno creyente católico de derechas y otro agnóstico socialista— construyen entre espías, asesinatos y secretos una sólida amistad. De Bilbao a Lima o Panamá, de Madrid a Buenos Aires y Berlín, los múltiples escenarios que se prodigan en el curso del relato derrochan historias increíbles pero reales.

Espías de sangre deja al descubierto el poder de las grandes corporaciones, que son juez y parte del juego de la vida. El autor dedicó ocho años para investigar y escribir una trama de espionaje, poder y asesinatos, con localizaciones en múltiples lugares del mundo, imágenes, mapas, planos… Publicado por él mismo en febrero de 2021, M. de Txiquerra lleva a cabo desde entonces una serie de acciones promocionales online que demuestran cómo la irrupción de las tecnologías digitales está transformando la distribución de libros.

♦ diarioabierto.es: ¿La digitalización ha facilitado la venta de libros?
Ysaac M. de Txiquerra: En España se venden libros por un valor aproximado de 2.420 millones de euros al año. Los últimos datos, publicados por la Federación de Gremios de Editores de España, se refieren a 2019 y arrojan un crecimiento sostenido, entre el 2% y el 3%, desde varios años atrás.

Con 82.347 títulos publicados ese año, la salud del mundo editorial parece asegurada. Sin embargo, al lado de este escenario idílico coexiste otra realidad desgarradora y frustrante para miles de escritores noveles: la gran mayoría de sus obras jamás serán distribuidas ni conocidas. La distribución de libros en España es una auténtica caja de Pandora que el nuevo escenario digital puede hacer volar por los aires…

Cuando se escribe un libro el deseo inmediato es que se lea, y para que esto ocurra, al menos que se tenga un ‘padrino’ o una cara conocida, hay que entrar de forma obligada en alguno de los encorsetados círculos clásicos actualmente establecidos. En la gran mayoría de las editoriales y agentes literarios reconocidos, si intentas contactar para que lean al menos tu obra, encontrarás siempre el mismo letrero: “No aceptamos manuscritos”.

Si decides presentarte a alguno de los prestigiosos premios literarios, a sabiendas de lo que todo el mundo sabe, que nadie dice y muchos más callan, respecto a lo habitual que resultan premiados escritores en la órbita de la editorial, lo que realmente sorprende son las cláusulas, que por habituales nadie denuncia y todos acaban aceptando, pero que son impropias de un sistema que garantice los derechos más básicos de la expresión y las libertades individuales. Y no me refiero con ello a las fórmulas, muy discutibles, de reparto de derechos de la obra o del beneficio económico que suponga.

♦ diarioabierto.es: Pero, ganar un concurso literario es un camino hacia el éxito, ¿no le parece?
Y.M. de T.: Presentarse a un concurso significa que muy probablemente deberás aceptar que luego no lo podrás hacer, nunca, a ningún otro concurso importante, ni ahora ni después, da igual que pierdas o que ganes. Son exigencias habituales, en las bases, que la obra sea “rigurosamente inédita” lo cual deja de cumplirse si la presentaste a un concurso, fue mostrada en la red, o la autopublicaste tímidamente en cualquier imprenta. Mientras estás concursando no puedes promocionarlo, publicarlo, revelarlo o venderlo, y hasta que el fallo ocurra puede pasar casi un año. Además, las bases de estos concursos mantienen el derecho de adquisición preferente, para las obras presentadas, de los miles de participantes perdedores hasta muchos meses después de publicarse el fallo.

La frustración que supone, tras dedicar años a escribir un libro, no poder encontrar una editorial seria, un agente literario responsable o un premio razonable, es un imán para las soluciones milagrosas de cientos de seudoeditoriales. Estas prometen presentaciones, desayunos literarios, espacios promocionales, presencia en librerías y mover tu obra en los grandes establecimientos, pero en realidad son verdaderos estrategas de la pequeña estafa, promoviendo que inviertas dinero en malas correcciones, diseño de portadas y, sobre todo, en pequeñas tiradas de ediciones que acumularán polvo en algún sótano.

♦ diarioabierto.es: Entonces, ¿cree preferible optar por la autopublicación?
Y.M. de T.:  El milagro digital de la autopublicación bajo demanda (POD), donde han irrumpido plataformas como Amazon KDE o Bubok, unido a la posible venta de la versión electrónica eBook, permiten al autor moverse con una inversión mínima. Sin embargo, una vez resuelto el problema de la producción a bajo costo, sin el duro requisito de almacenamiento de unidades, incluso con la logística solventada de entrega a través de las propias plataformas en tiempos récord (hasta de algunas horas), llega el verdadero talón de Aquiles: la difusión de la obra. Y volvemos a empezar… son las editoriales las que manejan la distribución y disponen de los medios necesarios para hacer que una obra sea conocida y buscada por el lector.

La pérdida de tanto nuevo talento literario y de la riqueza que supone mayor diversidad de autores —que finalmente nunca publican— es probablemente irreparable.

♦ diarioabierto.es: ¿Qué futuro atisba? ¿Se modificará la relación autor-lector?
Y.M. de T.: El modelo está cambiando, y no lo hará de forma evolutiva, será más bien un cambio disruptivo, inesperado, que nos sorprenderá a todos. Los ingredientes para la nueva receta ya se están cocinando. Las nuevas soluciones tecnológicas, la irrupción influyente de nuevas redes sociales como Instagram, TikTok, Twitch o Reddit, y el gran salto que están experimentando las plataformas sociales a modelos comerciales, reforzado por las medidas impuestas por la pandemia, han provocado un cambio en las formas de comunicación y de relación social que aún no son más que la punta del iceberg de lo que será una nueva forma de relación entre autor y lector.

Miles de escritores, ninguneados por editoriales y agencias, suscritos a grupos en las redes esperan con ansia su momento… La novela histórica Espías de sangre» está inmersa en este nuevo modelo de actuación. Sus casi ochocientas páginas han sido escritas a lo largo de ocho años. Basada en hechos reales, requirió la investigación de más de tres mil documentos, la visita a las principales localizaciones: desde Bilbao a Buenos Aires y Berlín, de Madrid a Lima o Londres, Vancouver, Nueva York, San Petersburgo, Barcelona, entrevistas con protagonistas o sus descendientes, y muchas noches sin dormir.

En definitiva, supuso un esfuerzo inmenso que no podía quedar reducido al entorno inmediato del autor. Un grupo de expertos, en el ámbito de comunicación digital, en ventas y el mundo literario, decidió trabajar en ello seriamente, resultando bastante sorprendente el camino innovador surgido en la nueva forma de relación con el lector. Un vistazo a la página web espiasdesangre.com puede dar una pequeña idea de los pasos que se están dando. Entre las diferentes acciones previstas, el próximo viernes 16 abril, se publicará en diferentes medios, también en la propia web del Espías de sangre, una novedosa propuesta que creemos tendrá un alcance viral. El nuevo modelo está en marcha.

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