Está visto que con los mercados no ha previsión que valga. Están como cabras. Tan pronto se asoman al abismo como se recuperan por arte de birlibirloque. ¿Ha cambiado algo desde hace dos días? ¿Está arreglado lo de Irlanda? Pues más bien no. Que Irlanda haya terminado por aceptar públicamente la ayuda no significa que el problema esté resuelto.

Entonces, ¿por qué el subidón? Hace muchos años publiqué un comentario de Bolsa en un periódico nacional que se tituló “Subió porque tocaba” y recibí un buen número de correos electrónicos en los que algunos lectores decían que por fin alguien se había atrevido a reconocer la evidencia de que nadie sabe por qué los mercados actúan como actúan. Bueno, pues lo de hoy viene a ser lo mismo, aunque más de uno pensará que los mercados estaban antipando toda la mañana es sí irlandés..

Lo que sí es cierto es que hace un par de sesiones les advertí aquello de que “en Bolsa nada es como parece”  y cuando todo aparenta que la cosa se va a despeñar, en la mayoría de las ocasiones no ocurre. Utilizando el mismo razonamiento, si alguien se cree que con una sesión triunfante se han terminado los apuros, lo mejor es que vaya vendiendo y se quede en liquidez, porque mucho me temo que vamos a tener toboganes para rato y los que tengan frágil el corazón no deberían seguir en este sinvivir.

En definitiva, que lo de Irlanda sigue sin resolverse, pero los mercados han decidido no esperar a la solución definitiva, dando por hecho el feliz desenlace de este segundo asalto a la deuda periférica de la UE. Como no sea tan feliz, la caída puede ser de las que hacen época. Pero entre tanto, nos contentaremos con la subida del Dax, un 1,86%; del CAC, otro 1,99%; y del FTSE, otro 1,34%. Tanto poderío llevó incluso al Ibex a subir un 1,33%. Menos que el Dax o el CAC pero el línea con el Footsie. Algo es algo.