Comenzamos la sesión con la vista puesta en Portugal y los amagos de «helenización» que está tomando su crisis política y la hemos terminado maldiciendo una reforma energética que no ha gustado a nadie y que parece diseñada estrictamente para quitar de en medio al Estado en el asunto de compensación por costes regulados, eso que ha originado el gigantesco déficit de tarifa de 30.000 millones que se ha convertido en una patata caliente para todos.

Nuestros vecinos están dando cada día un paso hacia el enfrentamiento abierto con la troika, lo que todos sabemos a dónde conduce. La oposición ya habla abiertamente de renegociar el rescate y los mercados se han puesto nerviosos, contagiando a la deuda española y la italiana.

Esto, que en principio puede parecer muy malo, a mí no me lo parece tanto. Plantar cara a la troika puede no llevar a ninguna parte, pero es un desahogo necesario. Otra cuestión es cómo se plantee. A la griega conduce al desastre, pero puede que los portugueses sean más hábiles.

En cualquier caso, hay una puntualización que hacer. Un lío de este estilo debe haber que el BCE vuelve a salir a la palestra a defender a los que nada tienen que ver en este asunto y están siendo perjudicados, como son los casos de España e Italia, aunque me temo que va a necesitar algún tiempo para reaccionar y poder discernir qué parte es contagio y qué parte se lo han ganado a pulso.

En el caso italiano, la reciente rebaja del rating sigue pesando y eso suele llevar aparejado tensión en su deuda y rebajas en sus mercados bursátiles, así que habrá que esperar un poco antes de hablar de contagio.

En el caso español, lo de hoy no es estrictamente un contagio, sino el resultado de un cortocircuito en el Ibex. La reforma energética, tan esperada, ha resultado un simple caderazo por parte del gobierno para pasar costes regulados a costes de mercado que deberán ser asumidos por las empresas y los consumidores.

En el plano de los consumidores, la subida del recibo de la luz está servida a partir de agosto, la enésima. En el plano de las empresas, el mercado estima que su posición pasa a ser delicada y que pasan de acreedor a paganini en un abrir y cerrar de ojos. El castigo se ha centrado en Acciona, Gas Natural, Red Eléctrica y Enagas, aunque Iberdrola y Endesa tampoco se han ido de balde.

En un sentido estricto, la reforma traerá menos inversiones por parte de las empresas y un servicio de peor calidad, si cabe, a cambio de una energía más cara. ¿Es este el rumbo que necesita España? Cada cual que piense lo que quiera, pero me juego algo a que el Gobierno no nos lo va a aclararl.

¿Y el Dax? Una vez más, la comparación nos deja en mal lugar. El índice alemán ha vuelto a subir siguiendo la estela mientras ha podido y le han dejado de unos índices americanos que ayer cerraron en máximos históricos.

Al cierre, las diferencias eran obvias. El Dax subió un 0,66%, el FTSE un 0,02, el CAC recortó un 0,36% y el Ibex un 2,32%. Cualquier comparación no resiste un asalto, al punto de que el PSI portugués bajó solo un 1.09%.