Nueva sesión al alza en Wall Street y nueva sesión cerrando en máximos. Ya van dos y algunos indicadores empiezan a dar muestras de que el retroceso puede haber concluido. No es descartable, sin embargo, quesea una de tantas tretas del mercado para jugar una mala pasada a los inversores más impacientes.

De entrada, la reacción está basada en un dato de empleo que incumple por completo los requisitos necesarios para servir de apoyo a una subida como esta. Es cierto que la tasa de desempleo baja al 6,6%, lo que es un gran dato, pero no es menos cierto que todo está sesgado por el hecho de que se crearon mejor empleos de los previstos y se justifica todo porque la ola de frío no dejó trabajar a mucha gente.

Me parece todo muy traído por los pelos, más aún cuando el mercado teme tanto el ‘tapering‘ de la Fed y esa reducción de la tasa de desempleo parece asegurar la senda trazada por la Reserva Federal: 10.000 millones de dólares menos cada mes.

Y en un segundo plano, ya hay analistas que cuentan con que al ritmo que va cayendo la tasa de desempleo, que no la creación de empleo que es menor en tasa de crecimiento, está prácticamente asegurada una subida de los tipos de interés este año, en cuanto los precios den la menor señal de tensión.

La Fed mantiene los tipos en el entorno del 0% y eso no es compatible con un entorno de reducción del desempleo a pasos agigantados, según cuentan los expertos. Suponen que cada nueva reincorporación al mercado de trabajo supone mayor consumo de forma casi inmediata y eso terminará por tensionar los precios casi de inmediato, empezando por los combustibles.

El caso es que, por una cosa o por otra, los índices americanos se han desbocado. Ha sido aparecer un dato que por lo menos no ha sido negativo y que dos empresas presentaran resultados decentes y ponerse como locos. Definitivamente, cada vez entiendo menos esto del mercado (pero llevo diciendo esto veinte años y seguro que seguiré diciéndolo dentro de otros veinte).

Veamos en qué se puede apoyar la idea de que la corrección puede haber concluido:

En este gráfico del S&P 500 podemos ver un Estocástico que ha confirmado el cruce al alza, marcado con un círculo azul en el indicador superior. Está claro que se trata de un indicador muy ‘alegre‘ en sus cruces. De hecho el MACD (que no he incluido en el gráfico) no ha dado aún la señal alcista.

Por tanto, se impone ‘contrastar‘ la señal con otros indicadores menos ‘alegres‘, es decir, que se contengan más a la hora de señalar que una corrección ha terminado. El mejor que conozco para estas cuestiones es el Oscilador McClellan, un indicador de amplitud que es la base de mi sistema de inversión.

Puede apreciarse como en las dos ocasiones anteriores en las que el Estocástico se mostró ‘demasiado alegre’ el Oscilador McClellan se mantuvo mucho más comedido, sin cruzar al alza por el nivel cero, que es su forma de expresar la señal. Si quieren más información sobre este indicador y las maneras de usarlo, en mi blog y en la sección ‘El Especulador‘ de este mismo diario encontrarán mucha más información.

En cambio, esta vez el Oscilador McClellan sí ha cruzado por el cero al alza manifestando su convicción de que las cosas están a punto de caramelo. No es descartable que el caramelo termine en la zona de máximos y que los índices se vuelvan atrás de nuevo de esa zona, pero hay unos 50 puntos a ganar en el S&P 500 si se va con cuidado. Esto es muy importante, hay que ir con cuidado, valores fuertes de sectores fuertes y stops ajustados.

Ya veremos la semana que viene si sí o si no. Las estadísticas señalan que tras la señal del Oscilador McClellan hay unos tres días en los que poder incorporarse al mercado sin aumentar significativamente los riesgos y dañar la rentabilidad. Ese plazo, además, puede servir para comprobar la bondad de la señal si se mira con ojos críticos al mercado.

De momento, esto es lo que hay. El Dow Jones subió un 1,06%, el S&P 500 un 1,33% y el Nasdaq Composite un 1,69%. ¿Y si hubiera terminado ya la corrección?