El Banco de España sigue enviando claros mensajes a la banca sobre la necesidad de seguir ajustando la red de sucursales, entre otras medidas para incrementar su rentabilidad. Si el último Informe de Estabilidad Financiera recordaba que las entidades que operan en España cuentan “con un número elevado de sucursales de pequeño tamaño”, el subgobernador, Fernando Restoy, aprovecha su intervención en el Círculo Financiero en Barcelona, presidido por Isidro Fainé, presidente del grupo ‘la Caixa’, para insistir en que “deben continuar su política de reforzamiento de sus recursos propios”.

Restoy argumenta que “el endurecimiento de la regulación prudencial tenderá en buena lógica a moderar los beneficios de los bancos, como mínimo como consecuencia del mayor coste regulatorio que impone sobre las posiciones de activo de elevado riesgo que son, habitualmente, las que generan también mayor rentabilidad esperada”. Y la reducción “al mínimo” de la percepción de una garantía pública implícita de los pasivos bancarios “repercutirá en los costes de financiación de la industria y, por esta vía, sobre la rentabilidad del negocio”.

La necesidad de desapalancamiento, el moderado crecimiento de la productividad y el envejecimiento de la población “presionan a la baja sobre el crecimiento potencial y provocan un exceso de ahorro estructural que tenderá a mantener los tipos de interés en niveles reducidos”, señala el subgobernador del Banco de España.

Dado el limitado margen disponible para la reducción de la retribución del pasivo, los bajos tipos de interés tienden a lastrar el margen financiero. Por tanto, “cada vez resultará más complicado mantener el subsidio cruzado con el que a menudo se cubren los costes de la prestación de servicios a los clientes a partir del margen obtenido entre el rendimiento del activo y la retribución del pasivo”.

El mensaje del Banco de España es claro: “parece razonable esperar que la política de comisiones cero vaya perdiendo implantación y que la competencia para la captación de pasivo tradicional se traslade en parte al negocio de prestación de servicios transaccionales”. Toda una advertencia a la estrategia que están desarrollando, aunque no con la agresividad comercial del inicio, muchos bancos en España, suprimiendo o reduciendo las comisiones transaccionales a determinados clientes.

Restoy recomienda “ajustar el modelo comercial de la banca española caracterizado, a pesar de la consolidación efectuada, por un número de oficinas por habitante muy superior a la media europea”. Y recuerda que los avances tecnológicos “amplían las posibilidades de interacción con los clientes al margen de los puntos físicos de venta”.

Pérdida de confianza

La crisis financiera internacional “ha dejado como indeseado legado, en todo el mundo, una pérdida de confianza del público en general en las entidades financieras”. “En España, el daño reputacional sufrido por el sector está en parte asociado a la detección de posibles prácticas irregulares seguidas por los antiguos gestores de las entidades que posteriormente debieron recibir apoyo público cuantioso y que, actualmente, están siendo investigadas por la justicia. Por otra parte, un grupo de entidades bancarias ha debido hacer frente a los costes derivados del incumplimiento de normas de conducta, sancionado en vía administrativa o judicial, sobre todo en materia de comercialización de instrumentos financieros o productos bancarios”, destaca el subgobernador del Banco de España.

Aunque “se ha constatado una mayor disposición por parte de las entidades a acatar los dictámenes no vinculantes emitidos por el sistema de reclamaciones del Banco de España”, Restoy defiende la implantación de “esquemas centralizados y vinculantes de resolución de disputas”, reclamaciones y quejas de los clientes de las entidades financieras.