Los tambores de guerra suenan de nuevo en el mundo laboral. UGT y CCOO lanzaron hoy un ultimátum a empresarios y patronales para estos depongan su estrategia de rebaja salarial. Además, las centrales aguaron la imagen de unidad buscada el martes por Rajoy y tildaron de “mascarada” la presentación en la Moncloa de la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, convalidada hoy en el Congreso.
Los sindicatos amenazan con movilizaciones en caso de que los empresarios persistan en la vía de “exprimir” las rebajas salariales. Además, las centrales acusan a los patronos de bloquear la firma de convenios con la intención de presionar a los trabajadores para que acepten empeorar sus condiciones de trabajo.
En esta estrategia, las centrales acusan a los patronos de “abusar” de las prerrogativas que les concede la reforma laboral. Y anuncian movilizaciones si los empresarios se enquistan en lo que llaman “posiciones maximalistas”.
Como motivo de guerra, las centrales citan que los empresarios intentan “exprimir” la vía de las bajadas de salarios. Les acusan de incumplir el pacto de rentas firmado en enero de 2012, el segundo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (II AENC).
Según las centrales, los patronos, en lugar de invertir los beneficios, están utilizando los ahorros que les procura la moderación salarial tan solo en pagar la deuda de las empresas y en sanear sus cuentas “a costa de los trabajadores”.
Presión ante el fin en julio de los convenios
Un punto centra el aviso sindical. Se trata de la ultraactividad, la prórroga automática de los convenios, cuyo fin decretó la reforma laboral aprobada en el Congreso. El fin de la ultraactividad ha colocado en el alero las condiciones laborales de tres millones de trabajadores.
Decretado por la reforma, el fin de la ultraactividad supondrá que se pierdan todas las mejoras laborales recogidas en los convenios. El plazo comienza a contar el 8 de julio y los sindicatos creen que los patronos utilizan esa fecha como herramienta para presionar en la negociación.
La amenaza de la pérdida de los derechos recogidos en los convenios ha activado ya protestas en sectores como el del textil y confección. Con más de cien personas afectadas, sus representantes reanudaron las movilizaciones esta semana ante lo que califican como “bloqueo” de la negociación por parte de Fedecon, la patronal del sector, ávida de mejorar en flexibilidad a la hora de organizar los turnos de trabajo.
El II AENC recomendaba a los negociadores de convenios un crecimiento muy débil de los salarios. Pero, a cambio, recuerdan los sindicatos, exigía a los empresarios el mantenimiento del empleo y la inversión productiva para mejorar la competitividad de las empresas, algo que no se está cumpliendo, según las centrales.
El coste de la moderación
El pacto salarial recomendaba un aumento salarial del 0,6 por ciento en 2013. Se blindaba además esta moderación a través de diferentes cláusulas, que indican que, en caso de que el IPC supere el 2 por ciento a finales de año, las cláusulas solo garantizan una parte la recuperación de salarios por lo que exceda de ese 2 por ciento. Incluso, si la inflación española sobrepasa a la de la Eurozona, el acuerdo tomará en cuenta el IPC armonizado de la zona Euro para determinar las cláusulas.
En 2012, las condiciones pactadas se tradujeron en una subida del 0,2 por ciento, además de la subida pactada, a pesar de que la inflación española concluyó el año en el 2,9 por ciento interanual.
Otros datos ilustran la profundidad de la devaluación salarial en marcha en España, como mecanismo de ganancia de competitividad. Entre octubre y diciembre del año pasado, el coste por hora trabajada bajó un 3,1 por ciento, el mayor descenso desde el inicio de la crisis, según indican los datos provisionales del Índice de Coste Laboral Armonizado (ICLA) publicado esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
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