Nuevos detalles en torno a la reforma de las pensiones en marcha. En 2030, los pensionistas actuales verán reducido su poder de compra un 6 por ciento. Y eso no es todo. Si la reforma afecta a los pensionistas actuales, lo peor se reserva para quienes hoy rondan los treinta años, según detalla el informe preliminar elaborado por el grupo de expertos.
Los actuales pensionistas sufrirían esta pérdida del 6 por ciento en su poder adquisitivo. Sin embargo, a una semana del término del plazo dado a los expertos, el comité se muestra muy dividido en cuanto a sus conclusiones finales.
Además, el documento indica que, quienes hoy tienen unos treinta años verán, cuando se jubilen, que su pensión representa “un porcentaje bastante más bajo que el actual”, asegura este documento que debe pasar aún por varios filtros antes de su aprobación definitiva.
Nueve integrantes de la comisión defienden que se aplique rápidamente la reforma. En el otro lado, tres miembros defienden retrasar hasta 2032 la entrada en vigor de los cambios, tal y como se previó en la anterior reforma en 2011.
De esta opinión son los miembros del grupo de expertos vinculados al ala sindical y de la izquierda entre los cuales figura Santos Ruesga, próximo a UGT; Miguel Ángel García, miembro de CCOO; y José Luis Tortuero, afín al PSOE, informa Europa Press.
El Gobierno por su parte, ha puesto un plazo definitivo de una semana al grupo de expertos. Además, fuentes del ministerio de Empleo recuerdan que, en caso de persistir el desacuerdo -como parece probable-, se prevé que el presidente del comité Víctor Pérez Díaz pueda elaborar una versión final del documento, que prescinda de las opiniones discordantes.
Los cambios afectan a todos los pensionistas
El modelo avanzado por los expertos prevé grandes cambios en el sistema español de pensiones. Se trata de conjurar dos riesgos que amenazan la salud financiera del actual modelo: demografía y economía.
Como solución se propone la combinación de dos fórmulas. Una que tenga en cuenta la esperanza de vida a la hora de calcular las nuevas pensiones y un nuevo factor de actualización, ajeno al actual, basado en el IPC.
La esperanza de vida – traducida en un denominado coeficiente intergeneracional– fijaría la cuantía de las pensiones en cada momento. Esta fórmula afectaría tan solo a los futuros pensionistas.
La segunda fórmula, en cambio, afectaría a todos ellos, los nuevos y los actuales pensionistas. Así, según uno de los escenarios previstos, si el PIB creciera por debajo de un 2 por ciento anual, los pensionistas actuales verían decrecer un 6 por ciento el poder adquisitivo de sus pensiones en 2030.
Aunque la peor parte se la llevarían los jóvenes. Quienes hoy rondan los treinta años cobrarían cuando se jubilen pensiones que representarán “una proporción sustancialmente inferior a la actual” respecto a su nivel salarial.
Aun así, se fijaría un techo y un suelo para las pensiones que no podrían subir ningún año por encima del IPC, ni bajar hasta un nivel considerado “no suficiente”. En ese caso, los expertos recomiendan un sistema de financiación alternativo, con cargo al Estado, parecido al actual de complemento de mínimos.
Cuándo aplicar la reforma
En cuanto a su aplicación, los expertos abogan echar a rodar cuanto antes el nuevo modelo. En el caso del coeficiente intergeneracional, esta reforma se aplicaría o bien en 2014, o bien en 2019, recomiendan los expertos, que piden además enjugar mientras tanto los déficit de la Seguridad Social con un recurso al Fondo de Reserva.
En cuanto al factor de actualización, que sustituye al IPC -y afecta a todos los pensionistas- se plantean tres alternativas: o bien 2014; o bien 2019; o bien, una solución intermedia con su implantación progresiva entre ambas fechas.
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