El amor está sobrevalorado

08/07/2013

Carmela Díaz.

amorEsta semana escupiré una confesión, a todas luces polémica, pero que encuadro en la categoría de gran verdad universal, eso sí, impopular: el amor está sobrevalorado. Mucho. Desde críos te absorben el entendimiento con paparruchas a tutiplén focalizadas hacia la búsqueda estéril de inexistentes príncipes azules y princesitas que estén a la altura. Todo el tinglado está montado para abducirte acerca de las bondades de la vida emparejada. De que el súmmum supremo de la felicidad pasa por fusionarte con un alma gemela que en verdad jamás existió, existe, ni existirá. Que si no tropiezas con tu media naranja eres un fracasado. Que el pan y la cebolla no saben igual si no te zampas la pieza en amor y compañía. Que el centro de la vida y hacia dónde debes dirigir todos sus esfuerzos es hacia el camino del AMOR. Love, love, love

¿Fueron felices y comieron perdices solo porque se casaron? ¡Vamos hombre! Mentira cochina. Y que en pleno siglo XXI sigan en boga -y en boca de todos- semejantes creencias con una tasa de divorcios rayando el 50%, infidelidades crónicas en parejas de todo ámbito o condición y la proliferación imparable de nuevos modelos de unidades familiares…

carmelacolorcoloraoLos fracasados de veras son los que se obsesionan con el amor dejando de lado todo lo demás. Los que únicamente tienen ojos para una utopía sentimental despreciando el resto de posibilidades que la vida ofrece, que son infinitas. Los que ante tres palabritas bobaliconas y cuatro miraditas lánguidas abandonan la cordura y el sentido común. Se desentienden de sí mismos por una sábana caliente aunque los besos sean gélidos… Los que tiran por la borda aspiraciones personales, talento y anhelos por un fulanito o menganita que en más ocasiones de las recomendables ni tan siquiera valonan el sacrificio del supuesto ser amado. Los que se focalizan en los otros en vez de eclosionar todo el ingenio que emanan, sin lanzarse a cumplir tantos sueños como atesoran. Perderse en la búsqueda desbocada de un querer, de cualquier querer, descuidando los billones de posibilidades que la vida puede ofrecer… ¡Qué gran error! ¿Y cuántos confunden plenitud con relación? Tantas relaciones en minúsculas que restan en vez de sumar, que provocan frustraciones por lo que se dejó de ser -y que ya nunca se podrá ser- a cambio de una dicha ficticia.

Y sí, seamos razonables y hasta objetivos con conocimiento de causa: el amor puede ser la guinda de un apetitoso pastel de muchos pisos. Pero culminar el pastelito con tino, implica haber elaborado los cimientos del dulce con una base sólida: la de la autoestima, el conocimiento, la instrucción, el desarrollo personal, las experiencias, la cultura, el compañerismo, la libertad, el deporte, la educación, los viajes, la lectura, la amistad, la fotografía, el cine, los idiomas, el senderismo, el paracaidismo, el debate, la pintura, la solidaridad, la medicina, la ciencia, el periodismo, la tecnología, el automovilismo, la escritura, la arquitectura, la creatividad… Lo que a cada uno más le plazca o todo ello para quien se vea capaz.

Yo es fui a por todas desde que nací. ¿Cuántos lo hacen? ¿Por qué conformarme únicamente con la guinda pudiendo saborear lentamente todo el pastel? ¿Acaso esa minúscula fruta puede saciar igual que una tarta de interminables pisos? ¡Vamos anda! Y que conste que no digo yo que esa esfera bermellón del amor sepa a gloria bendita tras deleitarse con las exquisiteces de cada uno de los niveles que sustentan la tarta de la vida.

PD. Este es el momento en el que los enamorados hasta las trancas, abuchean; los felizmente solteros y los que se enfrentan a un desengaño sentimental, vitorean.

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5 pensamientos en “El amor está sobrevalorado

  1. MUY DE ACUERDO EN CASI TODO SOBRE EL AMOR Y ME HA GUSTADO MUCHO PECADOS QUE COMETIMOS EN CINCO ISLAS. SORPRENDENTE HISTORIA Y BIEN ESCRITA. FELICITACIONES.

  2. Querida Carmela, por una vez, y sin que sirva de precedente, voy a llevarte la contraria. O casi. Porque creo que lo que tú estás describiendo como amor no es más que enamoramiento, esto es, ceguera pasional, pasión sin sentido, llamarada fugaz, encoñamiento, estupidez… o como lo queramos llamar. El amor, al menos para mí, es otra historia (sea amor por los hijos, los padres, los semejantes o la pareja), que se puede resumir en una palabra: entrega. O como dijo el poeta: “darlo todo por nada y nunca medir lo que das”. Es pensar más en el otro, simplemente. Es anteponer la generosidad al ombligo. Nada más. Y nada menos.

  3. El título me ha desconcertado, pero no puedo por menos que estar de acuerdo con todo lo que digas, enhorabuena. Releyéndote, detrás de la crítica, veo un pequeño poso romántico…

    Yo diría que a lo qué le llaman amor muchos, no lo es en realidad… porque no les ha dado tiempo a quererse a sí mismo, realizárse primero personalmente…y rellenan sus vacíos y traumas con amores inmaduros, noños, de los que se sustentan más en las palabras y buenas intenciones, más que en un proyecto sólido a largo plazo basado en el crecimiento de ambos, haciéndose una vida más fácil…
    Arriba los amores maduros de los que saben lo que les conviene y eligen bien el compañero de viaje… con esos la guinda es exquisita…
    Si viene algún día, será el del bueno…si no llega, a seguir disfrutando de las miles de cosas maravillosas que tiene la vida…

  4. Muy correcto este planteamiento, si no te has realizado primero como persona es imposible que des lo mejor de ti a otro. Genial final, unos vitorean, otros abuchean… según el color del cristal desde el que miran. Asi es la vida

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