Este fin de semana ha terminado el 42 Torneo Land Rover de Polo en Sotogrande. El duque de Alba ha entregado el trofeo al mejor jugador de la competición, acompañado por el presidente de Land Rover, Luis Antonio Ruiz.

El duque de Alba entrega el Premio Land Rover al Mejor Jugador a Sebastián Merlos

Alfonso Díez llegaba, desde Sevilla, en un Range Rover Sport, con Diego Noguera, el arquitecto que le está haciendo la reforma de su casa de Sanlúcar de Barrameda y que es muy amigo de Eugenia Martínez de Irujo. Antes de la entrega, estuvimos compartiendo una paella en la playa, acompañados también del hijastro del duque, Fernando, que veranea en Marbella. Curiosamente en la Casa han tenido algún Jaguar y unos Land Rover Defender para el campo y aunque los coches también tengan caballos, ellos son más de caballos de tiro y carruajes. Eso no quita para que la duquesa de Alba, hace años, condujese un seiscientos y lo que más le gustaba es que la confundieran con Laura Valenzuela y le dijeran; «Adiós, Laurita» al verla pasar en el seiscientos. La duquesa tiene genio y cuando se casó con Alfonso Díez, no estaba previsto bailar las sevillanas que se marcó a la salida de la Iglesia. Su marido le dijo pero ¿dónde vas? y ella; vamos a bailar. Así que el nuevo duque de la meseta palentina, puso su mano como San Pedro bailando y así quedó inmortalizado para el álbum.

Se ríen de sus rumores de crisis

Era imposible no hablar de sus vacaciones «separadas» y esa espita abierta sobre crisis en su matrimonio a semanas de celebrar su segundo aniversario. A estas alturas con todo lo que se ha dicho y teniendo en cuenta que Cayetana se entera de todo porque siempre hay alguien que se lo cuenta, Alfonso reconoce que le duele que se digan esas cosas. No le preocupa pero le molesta. Cada uno necesita su espacio y además, Alfonso este verano ha estado supervisando las obras de la casa de Sanlúcar de Barrameda que se acaba de comprar «La hubiera comprado en Tarifa, que es donde he ido muchos años a veranear, pero Cayetana me dijo que no me fuera tan lejos». Por cierto, que en Tarifa en su época de funcionario del ministerio de Sanidad (no conoce a la ministra Báñez como jefa porque él ya estaba en excedencia pero sí se la han presentado en su vida como duque) ha surfeado e incluso, probado el KiteSurfing, porque Alfonso está en forma y se cuida eso le lleva a trabajar sus abdominales en el sevillano club Pineda e incluso, se compró por internet un kit muy completo para montarse un pequeño gimnasio, que tiene instalado en el garaje donde lo usa el personal de servicio de la Casa. Cuando le pregunto por qué teniendo tantos metros cuadrados en un palacio, se instala en el garaje «Buena es Cayetana como para hacer un gimnasio en una habitación».

El duque de Alba está escribiendo un libro

El duque de Alba entrega el Premio Land Rover con Belén Lacalle

Sorprende que la duquesa no haya vuelto desde hace años a su casa de Marbella, con su playa a pie de parcela y prefiera Ibiza, el motivo es porque le encantan los mercadillos, la tranquilidad de la isla y no le trae malos recuerdos como la de la Costa del Sol. Alfonso cuenta una anécdota que retrata la situación; «un día me dijo te voy a llevar a una playa que nadie conoce. Cogemos la sombrilla, las hamacas, las toallas y el termo y nos ponemos a caminar, llegamos a la playa y salen fotógrafos hasta detrás de las palmeras y me dice Cayetana; «Parece que ya la conocen. Así que nos tuvimos que ir».

Por cierto, Alfonso, cuando viaja a Madrid sin la duquesa, no se queda en el Palacio de Liria prefiere su piso de Rafael Calvo «es bueno tener cada uno sus cosas«. Ahora está liado escribiendo un libro, no de cine que es su especialidad y el hobbie que comparte con Cayetana, sino de cómo ve él la realidad. También hablamos de aficiones de la duquesa y la de viajar a Oriente es una de ellas, junto a las comidas picantes, el cine y los caballos. Intentó que todos sus hijos fueran jinetes, hasta el punto de pretender que en el colegio Fomento, donde estudiaba Fernando, introdujeran hípica. No lo consiguió.

Por cierto, Alfonso Díez no quiso cobrar por entregar el Trofeo Land Rover de Polo, lo hizo porque le apetecía y jamás tuvo intención de venir acompañado de la duquesa. Ella está aún en Ibiza y él en Sevilla. A cambio se enteró, por boca de Belén Lacalle, que compartió palco con él, que estrenaba el Range Rover Sport que le transportaba porque está recién llegado a España y que es ligero gracias a su carrocería de aluminio y así consume y contamina menos.