El pasado 17 de septiembre acaba de inaugurar su exposición “Del modernismo de Gaudí, al abstracto” en el Centro Cultural Villa de Barajas (calle de la Botica, 10). Dos años de trabajo que se han visto plasmados en 40 cuadros que se puede apreciar en dos luminosas salas hasta el próximo 14 de octubre.

Borillo comenzó su trayectoria profesional como dibujante, trazando uno de los ídolos de nuestra infancia, la Abeja Maya. De la labor minuciosa del lápiz y la plumilla se ha adentrado en la impronta gaudiana, tal vez influencia por su origen catalán, y ha traspasado su curiosidad al mundo de lo abstracto. Pinceles, esponjas, lienzos y madera han sustituido a los lápices y las plumillas. Podría decirse que su evolución ha sido un salto hacia la luz y  el color, procedente del blanco y negro.

El artista bucea a través de su obra en el mundo de los colores, de los tonos mediterráneos que ponen color a figuras del arquitecto catalán Gaudí, hasta aterrizar en  todo el espectro de colores, llenos de vida, luminosos o sombríos.

Alfonso Borillo Canos ha trabajado en el cómic juvenil la mayor parte de su carrera. Comenzó en el Estudio Ortega en Barcelona, ​​y ha trabajado en varios cómics de la editorial alemana Bastei y Pabel. Ha sido el creador de la serie Die Biene Maya, la Abeja Maya, y fue uno de los conductores de la revista Felix, con la historieta de ‘Kiko 2000’. Otras series en la que trabajó han sido ‘Tom Berry‘, ‘Nils Holgersson‘, ‘Tao Tao‘, ‘Mainzel Manchen y Mofli El último Koala‘. Algunos de sus cómics también fueron impresos en los libros de bolsillo franceses como Robbie de Mon Journal (‘Wippy’ el canguro). Para Comicon Studio, fue el artista de ‘Salusino’.

También trabaja en la publicidad y la animación de varios estudios, como el Despertaferro. En 2003, comenzó a trabajar en una serie más experimental de dibujos llamada «Blanc i Negre ‘, una etapa desde la que ha dado el salto a la pintura, investigando todas las posibilidades de expresión abstracta de sus inquietudes como artista.