No hay nada. Tan solo una campaña de acoso mediático. En contra de los derechos de los trabajadores. Esas son las conclusiones que ha alcanzado la comisión de investigación lanzada por UGT. Al menos de momento. Pues, paradójicamente, sus conclusiones son “preliminares”, afirma el sindicato cuya dirección en Andalucía reivindica la limpieza de sus cuentas pese a admitir que, debido al gran volumen de información, pudo haber diferencias de “interpretación” y algunos “errores” en la gestión del llamado bote, una suerte de partida ‘escoba’ a la cual se cargaban todo tipo de “facturas pendientes de justificar”; algo habitual, según UGT.
UGT rechaza de forma “preliminar” que haya fraude o malversación en las cuentas del sindicato en Andalucía, cercadas por el doble escándalo de la operación Heracles lanzada por la juez Alaya por las presuntas irregularidades en la gestión de expedientes de regulación de empleo (ERE), que el lunes se saldó con la detención de varios sindicalistas; así como por las informaciones publicadas por El Mundo y otros periódicos, que hablan del desvío de fondos públicos destinados a la formación en beneficio de actividades ajenas del propio sindicato.
“Hasta hoy, no se ha detectado ninguna actuación que suponga desvío de fondos, contabilidad encubierta, contabilidad ‘b’, ocultación, enriquecimiento de nadie; ni, menos aún, saqueo, fraude o malversación. Las acusaciones, por tanto, son falsas, intencionadas, tendenciosas o engañosas”, afirmó la central andaluza, tras conocer este jueves las conclusiones a las que ha llegado la comisión de investigación encargada de investigar las presuntas irregularidades a finales del pasado mes de agosto.
En su comunicado, UGT no informa sobre la identidad de los integrantes de la citada comisión; tan solo destaca que ha estado formada por “un economista, un abogado y un auditor externo”, que, añaden, han revisado cerca de 1.500 documentos, entre facturas, albaranes y contratos, emitidos en los últimos cuatro años. Así concluye que la contabilidad recoge los gastos “realmente efectuados y por el importe facturado por el proveedor”.
Por ahora, ni sombra de corrupción
“Las conclusiones que se pueden extraer de los trabajos de la comisión son todavía preliminares”, ha admitido el secretario general de UGT en Andalucía, Francisco Fernández Sevilla. Pero, por lo visto hasta ahora, “no hay sombra de corrupción en nuestras actuaciones”, ha insistido. “Decir lo contrario es mentir”. “Aquí nadie ha robado ni borrado discos duros. Nadie ha abierto una cuenta en Suiza”, ha rematado el dirigente andaluz, en clara alusión al caso del extesorero del PP, Luis Bárcenas.
UGT admite que dentro de las normas contables hay “cierto margen de interpretación” a la hora de considerar a qué partida imputar un gasto determinado. A continuación explica que, desde hace 25 años, gestiona anualmente fondos públicos por valor de 30 millones de euros destinados a la formación, de los que se benefician unos 30.000 andaluces, entre parados y trabajadores en activo.
A lo largo de cuatro años, la gestión de esos 450 cursos anuales se ha traducido en un gran volumen de información, cifrada en unos 500.000 folios y 12 millones de documentos contables, continúan. “Puede haber datos mal apuntados pero la contabilidad de UGT es única, transparente, ordenada y correcta”, insiste Fernández Sevilla, quien, a pesar de las detenciones, afirma que el sindicato aún no ha recibido “ni una solo notificación ni citación” del juzgado.
El “torticero” ‘bote’
El dirigente andaluz pone énfasis en clarificar el concepto de ‘bote’, un fondo al que habrían ido a parar fondos procedente de facturas ‘infladas’ por los proveedores de UGT, según lo publicado. Fernández Sevilla rechaza esta alusión “torticera” y afirma que el ‘bote’ es en realidad “una cuenta abierta pendiente de ajuste final”, según dice, antes de ofrecer detalles sobre el funcionamiento del ‘bote’.
“Con frecuencia se remite una factura o un albarán por un producto o un servicio que será justificado más tarde con otras facturas u otros albaranes a cuenta de una partida presupuestaria o una subvención determinada. Con algún proveedor alguien puede utilizar el poco afortunado concepto de bote para referirse a esa cuenta abierta pendiente de ajuste final. Eso es el bote”, reitera, tras indicar que la gestión del bote “requiere de miles de conversaciones y miles de correos electrónicos con proveedores, alumnos, profesores, administraciones…”
En conclusión, “es falso también, por lo que sabemos hasta hoy, que se inflaran facturas para obtener un beneficio a cuenta de gastos no ejecutados”, afirma.“ni hemos malversado, inflado facturas ni aquí hay tramas”. “En los medios de comunicación no se juzga”, concluye.
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