La maquinaria electoral de los principales partidos políticos ha puesto en funcionamiento su laboratorio de obtención de votos y ha llegado a la conclusión de que es imprescindible empezar a luchar por conseguir el voto del inmigrante. Así pues, no nos debemos extrañar si vemos como se les hace la pelota de aquí al próximo 22 de mayo.

Más de 350.000 extranjeros no comunitarios han sido notificados ya por el censo para votar en las municipales, entre ellos los nacidos en Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Nueruela, Nueva Zelanda, Paraguay y Perú, por haber firmado estos países un acuerdo con España.

Así que nuestros queridos inmigrantes a los que se les abrieron las puertas de nuestro país cuando la economía era boyante y se les cerraron al ponerse la cosa negra, vuelven a ser objeto del deseo de socialistas y populares, ya que su voto puede ser clave en determinados municipios de Andalucía, Cataluña, Murcia o Madrid.

Los partidos políticos se van a gastar grandes sumas en convencer a los inmigrantes para que les den su voto, aunque según las encuestas que manejan existen distintas tendencias que a priori y en general les pueden favorecer. De hecho, se ha sabido que en las encuestas del PSOE queda reflejado que la mayoría del voto inmigrante es para ellos, sobre todo los procedentes de Iberoamérica e incluso los marroquíes.

Por su parte, los populares han echado el ojo a los ciudadanos originarios de los países del Este que acaban de ser integrados de la UE, entre ellos los rumanos y los búlgaros, que suman un auténtico caladero de votantes .

Veremos que ocurre cuando se haga el recuento de votos. Pero, mientras tanto, es aconsejable no extrañarse al ver a más de un político municipal o nacional con un inmigrante sentado junto a él entre mesa y mantel, después de haberse fotografiado besando a su hijo en la mejilla. No lo duden.

Y eso que, según un informe conocido hace unos días, los inmigrantes han recuperado mejor el empleo que los españoles. Han absorbido cerca de 110.000 puestos de trabajo, frente a los 42.000 de los nativos. Vamos que no se pueden quejar porque han retenido cerca del 70 por ciento del nuevo empleo, y eso que sólo representan el 17 por ciento de los ocupados.