Cuando en 2007 acudimos a la presentación primer Nissan Qashqai fuimos sorprendidos por un modelo que no era ni compacto (aún con sus medidas) ni todoterreno (pero si tenía muchas de sus cualidades). En suma: no estaba muy claro a qué venía. Era el nacimiento de un concepto de coche urbano que, como se ha visto después, inauguro un segmento de éxito, el de los crossover compactos. Con él es probable que Nissan se «salvase de la quema» que se inauguró más tarde con la crisis. Además, y aprovechando el tirón, lanzó el Juke, otro éxito inmediato dentro de otro segmento nuevo: el de los crossover pequeños.

Ahora, tras 6 años en el mercado y aún con ventas que le sitúan entre los más solicitados (suma más de 2 millones de unidades comercializadas), el Qashqai vuelve a sorprender en su nueva edición, la segunda, a partir de un diseño más estilizado, mejor acabado. Es 49 mm más largo, si bien elimina la versión +2 que era más demandada, sobre todo por el espacio extra del maletero más que por su tercera fila de asientos. Y es que el recién llegado es 20 mm más ancho y 15 mm más bajo, pero ha ganado espacio interior y también, por cierto, presencia. De paso, llega cargado de nuevas tecnología y seguridad.

El éxito del Nissan Qashqai se entiende cuando se conduce, se conoce su precio y se compara con lo que ofrecen sus rivales, tanto si son berlinas, compactos o monovolúmenes. Y es que es compite con todos porque su planteamiento es amplio y ha sabido conjugar aspectos que últimamente priman en gustos. Tiene la altura de un todocamino para facilitar la visión, la capacidad de carga y versatilidad de los monovolúmenes, la facilidad de conducción de berlinas o compactos (con un puesto de conducción similar) y, si optamos por la tracción 4×4, la aptitud para salir a campo (sin grandes pretensiones, pues carece de reductora) o circular por zonas de nieve sin cadenas.

Tecnología superior

La segunda generación Qashqai se nutre de lo último en cuanto seguridad, confort interior o conectividad. De ahí su «Escudo de Protección Inteligente», que incluye: sistema anti-colisión frontal por radar (puede llegar a detener el coche por completo); detector de fatiga que avisará tras 10 minutos de conducción si no lo hacemos de forma segura; identificador de señales de tráfico; alerta de cambio de carril involuntario; control del ángulo muerto; detector de movimiento (útil al aparcar, pues con su cámara de 360º avisa si hay algo o alguien a nuestro alrededor); asistente de luz de carrera (con cambio automático de luces cortas a largas y viceversa); Nissan Chassis Control (frena alternativamente cualquiera de las ruedas si no pisa bien); faros LED disponibles en algunas versiones para luz de día, largas y cortas; asistente de aparcamiento automático (sólo requerirá 80 cm extra para aparcar); y un nuevo sistema NissanConnect con integración de apps vía smartphone que se maneja desde una pantalla de 7 pulgadas para realizar búsquedas en Google o usar, por ejemplo, el sistema Send-to-Car para planificar rutas en casa y enviarlas al navegador del vehículo. En fin, que el nuevo Qashqai crece en todos los campos para seguir siendo uno de los más completos del mercado.

4 motores, 2 transmisiones y tracción 4×2 ó 4×4

En verano la gama contará con 4 motores, pero de momento solo saldrán a la venta a primeros de año un gasolina y 2 diésel. El primero es un 1.2 DIG-T que ofrece 115 CV/190 Nm con un consumo de 5,6 l/100 km.

En diésel empieza con un 1.5 dCi de 110 CV (3,8 l/100 km y 99 g/km). Estos dos vienen de serie con tracción delantera y caja manual de 6 velocidades. El otro diésel es un 1.6 dCi de 130 CV en 2 ó 4 ruedas motrices, y como opción asociado a una nueva caja de cambios automática XTRONIC de transmisión variable, pero adaptada para ofrecer el comportamiento de las transmisiones de este tipo clásicas.

Luego, y como decíamos, llegará un gasolina 1.6 DIG-T de 150 CV con el consumo del 1.2 si no le apretamos, aunque también a cambio de mayores satisfacciones.