El nuevo Citroën C3 VTi 95 GLP, que la firma de los chevrones solo vende en acabado Seduction, emite 127 g/km, frente a los 136 g/km del mismo motor equivalente de gasolina. Y lo hace a partir del consumo de GLP, o gas licuado de petróleo, que además disfruta de un precio por litro entre un 40 y un 50 por ciento más económico que el de la sin plomo de 95 octanos.

El propulsor del C3 VTi 95 GLP arranca en modo gasolina y, acto seguido, cambia de modo automático a GLP. Todo ello se muestra en el ordenador de a bordo. En marcha, si falta GLP vuelve a cambiar a gasolina de manera imperceptible.

El GLP se obtiene de la mezcla de hidrocarburos, especialmente propano y butano, que han de comprimirse para transformarse en estado líquido.