Con los desfiles de Omar Kashoura, Celia Vela, Schipper/Arques, Manuel Bolaño y Yiorgos Eleftheriades, se clausura la pasarela 080 de Barcelona. Han sido tres días de desfiles alternativos, donde se han visto propuestas interesantes y comerciales. Muy diferentes a lo que contemplaremos, dentro de unas semanas, en Madrid.

Las dos carpas instaladas en la Barceloneta, a pie de mar, que sirvieron de cuartel general para la World Race, se reciclaban para acoger los desfiles de moda catalanes.

Un gran andamio de dos pisos como pasarela y una tribuna para seguirlos con capacidad para 400 personas ha sido el escenario único de estas tres jornadas.

Propuestas interesantes muy urbanas. Cortes originales. Superposiciones de prendas y materiales convencionales. Predominio de los colores oscuros o apagados.

Leggins para hombres. Grandes abrigos para mujeres. Pantalones anchos tableados para los trajes de chaqueta masculinos. Vestidos sencillos con cortes futuristas para mujeres. Poca piel, mucha lana gruesa calada. Mezcla de tejidos para dar nuevas texturas, por ejemplo, lana fría con tela de forro. Complementos austeros y un comentario, escuchado a pie de pasarela, «no se han dado cuenta de que en tiempos de crísis lo que hay que hacer es aparentar ser rico?». Al girar y ver que el propietario de la frase, un hombre que rebasaba ampliamente la edad legal de jubilación, dejaba sin crédito el disparate. Esa era la conclusión, que el buen hombre hacia, de una pasarela austera en excesos y coherente en las propuestas.

Qué pasará en la siguiente es una incógnita pero sería una lástima abandonar lo recorrido. Competir con Cibeles es absurdo. Alimentar más pasarelas convencionales por todos los rincones de España es innecesario y abastecerse de dinero público no es coherente. Si Barcelona ha conseguido encontrar un hueco en el inmenso campo de la moda, debería aprovecharlo y tirar por ahí. Los políticos, en vez de subvencionar deberían ayudar a consolidar una industria textil que de respaldo a los diseñadores y que sean estos los que paguen las pasarelas.