¿Cuándo invadirán los hogares españoles las impresoras 3D? No se sabe cuánto tiempo tardará en penetrar aún esta tecnología en el ámbito doméstico. En el profesional abarca sectores tan dispares como el de la salud con la impresión de órganos o de orejas artificiales o el de la moda con ropa y accesorios (y cualquier otro en el que haya que fabricar algo). Una tercera revolución industrial según los expertos, que también se extiende a los más pequeños de la casa: la conocida firma de juguetes española Imaginarium lanza un nuevo servicio de impresión 3D de juguetes llamado Imaginieer. Un proyecto de «largo recorrido, que se desarrollará por fases y que cambia la forma en que los niños adquieren sus juguetes», explica Marta Abril, responsable de marketing de la compañía.

A través de la web de Imaginieer, primero el niño diseña el juguete a su gusto y una vez terminado lo envía para su impresión. De momento, solo está operativo con dos propuestas: un coche para ellos y colgantes y pulseras para ellas. La dinámica es sencilla: eligen el modelo de entre unos cuantos y después lo «adornan» a su antojo con las herramientas disponibles, fáciles de utilizar y con diferentes posibilidades para personalizar el objeto. Ni siquiera es necesario desplazarse hasta cualquiera de las tiendas Imaginarium, aunque en ellas también estarán disponibles (se entrega con un código para acceder y activar el servicio en internet).

Los juguetes se imprimen en un material seguro, denominado PLA, un plástico biodegradable. El coche se fabrica en color blanco y los pequeños lo pintan (excepto las ruedas y el chásis, que se acoplan aparte) con unas témperas incluidas. Las joyas para niñas se imprimen directamente en el color que prefieran. La herramienta o software de diseño ha sido desarrollada por Sicnova 3D en colaboración con Imaginarium. Los niños diseñan el juguete seleccionando entre una serie de características predeterminadas. «Todos los juguetes se ciñen a la normativa de calidad. Por eso el diseño no puede ser completamente abierto y libre, aunque llegará un día en que realmente los niños se inventen el juguete», afirma Abril.

Una vez concluido el diseño, se envía a imprimir a la fábrica mágica (o lo que es lo mismo, una granja de impresoras situada en Zaragoza, donde se encuentra la sede central de la compañía). La impresora tarda 5 horas en imprimir cada coche y una hora y media la joya. Cuando está listo te llega a casa en 24-72 horas. «El plazo de entrega no se sabe porque depende de la cola de impresión. Eso sí, la familia conoce en todo momento cuánto tiempo le queda para recibir su creación». Imaginieer también admite pedidos desde fuera de España.

La impresión en 3D de la joya costará 19,95 euros y el coche 24,95 euros. Ambos estarán disponibles en Imaginieer a partir del 15 de octubre y a finales de mes en las tiendas Imaginarium. Y en 2015, habrá más juguetes para diseñar e imprimir en 3D a través de este servicio pionero en España.