El Chevrolet Corvette Stingray parte, en su edición 2015 y en el mercado alemán, de 74.500 euros. Aunque General Motors (GM) pretende dejar de vender la marca al completo en el Viejo Continente a finales del próximo ejercicio, mucho antes los interesados en este súper deportivo podrán adquirirlo en formatos de carrocería Coupé (sobre estas líneas) y Convertible.

Ahora integra pack Z51 Performance, con diferencial electrónico de deslizamiento limitado, lubricación por cárter seco, muelles y amortiguadores con reglaje más firme y deportivo, frenos de disco de grandes dimensiones y neumáticos de alto rendimiento. Su carrocería también adosa un conjunto de inéditos elementos aerodinámicos para ganar estabilidad circulando a ritmo fuerte.

Por motor mantiene el reputado bloque de gasolina aspirado, o carente de turbo, 6.2 V8 de 466 CV de potencia y 630 Nm de par límite.

Asocia un cambio manual de siete velocidades con función Matchin Rev, envía toda la fuerza a las ruedas traseras (de ahí el citado diferencial para evitar derrapajes, en particular yendo rápido en tramos virados, pero también para acelerar a fondo en recta con garantías) y anuncia prestaciones de aúpa: 290 km/h (282 km/h Corvette Stingray Convertible ’15) de velocidad punta y un paso desde parado, y hasta 100 km/h, cifrado en 4,2 segundos. Todo ello a cambio de un promedio de 12 l/100 km (279 g/km).