Al poco tiempo de acceder a la presidencia del Santander tras el fallecimiento de Emilio Botín, Ana Botín sorprendía con una ampliación de capital de 7.500 millones de euros (sin derecho de suscripción preferente para los accionistas) y el anuncio de un cambio radical en el dividendo, que pasaba de 0,6 euros a 0,2 euros por acción aunque con mayor peso del efectivo sobre el pago en acciones. Las dos decisiones deprimieron al Santander en Bolsa hasta el punto de sufrir su mayor desplome desde 1998, con caídas que llegaron al 15%. El banco tardó tiempo en alcanzar los 6,18 euros por acción, el precio fijado para la ampliación.

Tras encabezar la lista negra de peores valores del Ibex durante el inicio del año, el Santander ha logrado darle la vuelta a la situación. El martes 7 de abril el banco comenzaba la jornada bursátil en los 7,138 euros por acción, y entraba por méritos propios en el superrestringido club de las empresas españolas que superaron los 100.000 millones de valor en Bolsa. Al cierre de esa sesión, la acción del Santander estaba en los 7,123 euros, lo que supone una capitalización bursátil de 100.154 millones de euros.

El Santander de Ana Botín se suma a Telefónica, que estrenó tan selecto club en octubre de 2007, ya con César Alierta al frente, aunque ahora esté en los 62.000 millones de capitalización bursátil. Inditex ronda su entrada, porque está en los 95.000 millones tras revalorizarse el 30% en lo que va de año, el doble que lo ha hecho el Ibex 35, y superar los 30 euros por acción, su máximo histórico. El BBVA está todavía lejos de aspirar a este récord y vale en Bolsa unos 60.500 millones.

El Santander perdió a mediados de marzo el liderazgo por capitalización bursátil, en beneficio de Inditex. Desde los mínimos de marzo, el banco se revalorizó el 12%. Y ahora vuelve a ser la empresa que más vale en Bolsa. El mercado ha terminado dando la razón a Ana Botín, y también al consejero delegado, Juan Antonio Álvarez, que era antes el director general financiero, y que fue el principal diseñador de la operación.

Tres meses después de la ampliación de capital la acción del Santander ha recuperado, incluso superado, los 7 euros previos a la operación. Es verdad que está lejos de los 7,5 euros por acción que llegó a alcanzar en septiembre de 2014.

Pero el mercado, y los accionistas, tienen claro el rumbo del Santander de Ana Botín, que en la última junta volvió a comprometerse a destinar hasta el 40% del beneficio recurrente a dividendos, “mayoritariamente en efectivo”, como precisó en el mismo acto su consejero delegado

Tampoco hay que restar méritos al anterior presidente del Santander. Desde que en 2009 iniciara la política del dividendo en acciones, el capital del banco ha aumentado el 43%. Hace una década, el Santander valía en Bolsa menos de 60.000 millones. La capitalización bursátil ha aumentado el 67,4%. En el mismo período, las ampliaciones de capital elevaron éste el 125%. Es el mejor legado del fallecido banquero, aunque su sucesora haya optado por un camino menos heterodoxo.