Todo aquel que se reúna con los que mandan en ETA sabe que sus manifestaciones y propuestas van a ser recogidas por escrito en las actas que escriben siempre los terroristas. ETA tiene el hábito de contarlo todo, pero debemos sospechar que lo cuenta a su manera, que dice lo que le interesa y que no tiene que ser verdad todo lo que relata en sus escritos. ¿O no?

Viene a cuento todo esto por el revuelo que se ha montado tras la filtración a dos medios de comunicación de los documentos incautados  en mayo de 2008 a Francisco Javier López Peña, jefe del aparato militar de ETA, más conocido como “Thierry”. Estos documentos son las “actas” de la banda terrorista sobre el diálogo mantenido con el Gobierno de Rodríguez Zapatero entre julio de 2005 y mayo de 2007. Unas conversaciones que se rompieron seis meses después del atentado de la T-4 de Barajas en el que murieron dos ciudadanos ecuatorianos.

ETA dice que habló con el gobierno de Zapatero y da a entender que negoció y pactó cosas con sus enviados. Entre ellas la puesta en libertad de De Juana Chaos, nada menos. Y además, alude taxativamente a la presencia en estas conversaciones de observadores internacionales, citando entre ellos a representantes  del  Sinn Féin, del gobierno de Irlanda y del gobierno de Noruega.

ETA puede o no decir la verdad, toda la verdad o su verdad de lo que ocurrió. Pero si hay testigos de lo acontecido, no será difícil lograr su testimonio para corroborar lo pactado entre el gobierno y los terroristas. Así pues,  sería mucho más sencillo preguntarle directamente a Jesús Eguiguren, que es citado como asistente a las reuniones, sobre la veracidad de lo apuntado en las actas de “Thierry”. El lo sabe mejor que nadie.

Por cierto que cabe recordar que  fue aprobada en 2005 en el Congreso de los Diputados una resolución que autoriza al Ejecutivo a dialogar con ETA en ausencia de violencia. Y que se sepa, esta resolución no ha sido derogada desde entonces, a pesar de que el PP lo ha intentado una y otra vez.

Así pues, de ser cierto lo que dicen las actas de ETA ni siquiera se cumplió la resolución del Congreso, ya que se dialogó a pesar del gigantesco atentado de la T-4 de Barajas, donde murieron Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate.

Hay que insistir, no obstante, en que ante un asunto de esta relevancia, no tenemos que dar por bueno lo que dicen los terroristas, porque el sentido común indica que siempre se debe estar con los demócratas hasta conocer la verdad. ¿O no?