Ese alguien que ves enorme con 4 años, que pides sus brazos y te los da. Cómo me gustaba dormirme en su regazo en el sofá, “es grandioso” pensaba.

Mi padre me lleno el subconsciente de vida, aprendí de él todo lo que supe vivir sola después. Admiración sentía sin saber porque. Corría a seguirle cuando le veía agarrarse las manos detrás de la espalda para salir a pasear. Paseo oyéndole hablar a la vez que me enseñaba a escuchar. Escuchar la naturaleza y mirar, solo disfrutando aprendí de tanta sabiduría de sentir. Árboles, arbustos, huertas, ruidos, animales, sonidos, mirar con mira de rifle inexistente, eso era llenar mi mente.

Curiosidad a la vida me enseñó…trabajando en todo momento lo que tenemos alrededor. Cuantos paseos daba y años pasaban, de camino sale otro con otra maleza nueva, solo tienes que agudizar tus sentidos y la vida disfrutar. Esa mirada mía a sus manos cuando tocaba el trigo, un manzano, la cebada…que más da! El tacto iba al olor y el olor a la vista.

Muchas cosas me enseño mientras trabajaba paseando, no callaba para enseñarme que no se me escapase nada emocional. Siempre acompañados de un perro para más disfrutar. Tierra rojiza en las botas nunca se me olvidará. Montañas Palentinas disfrutamos y Picos de Europa también, cuando solo existía un guarda forestal que a lo más alto te llevaba en 3 días para llegar a la cumbre…y solo para disfrutar. Se dónde pisar y a que matojo me tengo que agarrar, mi PADRE me lo enseño. Fue la primera persona en demostrarme de verdad que son los sentimientos y en sentidos poderlos disfrutar.

Me enseñó a amar y respetar naturaleza, a mandar con caricias y nunca maltratar, a respetar y no molestar y todo en medio del campo donde todo es naturaleza “nada más”. Horas y horas de tranquilidad. Ahora de mayor me pregunto de donde sacaba tanto tiempo, con todo lo que tenía que trabajar, allí estaba el gran hombre a las 6h de la mañana para no perderse un segundo de vida, llenaba sus órganos vitales , para después meterse en su despacho a luchar.

Si él inspiraba, yo inspiraba, porque sabía que vendría algo detrás.

Como medieval me sentí, cuando me dio mi primera vara para pasear, la acaricio y la acaricie. Nombrarme paseante…sabía andar por el campo, nuestro campo, nuestras montañas, castillo, ermitas y murallas. Vivir con mi PADRE ha sido y será tener un guía, enseña sin parar si le quieres escuchar. Simplemente comentaba la maravilla a nuestro pasar y yo muy atenta no podía dejar de estudiar. Vida, romanico, olor, sabor, luz, color, frio y calor…imposible nombrar todo.

Su interés y curiosidad por la vida me la transmitió y nunca se me pasó. Da igual donde estemos, siempre hay algo de lo que disfrutar, llenando tu mente de positivismo y solucionando sin más importancia lo demás. Soluciona y no pienses, sé intuitivo porque el ser consciente te para, y a la hora de cruzar un rio intuyes por donde debes pasar, pero como lo pienses nunca lo cruzaras.

Su vida es será un ir de allá para acá y yo siempre estaré detrás. Porque hasta lo malo me enseñó y a luchar contra ello más. Esa soledad que te da la vida naturaleza, te hace asimilar sin pensar. Nunca me puso pegas al viajar, y con esa actitud con los 5 sentidos abiertos y una mochila en la espalda, me recorrí casi todo el mundo sola y con una fuerza vital que ningún humano jamás te dará. Solo la experiencia de tener un maestro al lado toda la vida, me ha hecho disfrutar .Cosas muy malas me pasaron y él me enseñó a solucionar, sufriendo por dentro y callando para que yo pudiese decidir y cómo actuar. Pero siempre estaba detrás. Como me abrió el cuerpo a la vida, cómo mi mente nunca paró, porque él me enseño que cada segundo es una vida regalada y así no parar mi mente de asimilar.

Me dio la rapidez de liebre, los ojos de águila, el tacto de una rosa de pétalo aterciopelado y tronco de espinas, el olor y el oído de un murciélago que aun sin ver domina la noche.

Todo el miedo que no siento, todo el valor que tengo, los principios y respetos y el amor…ya de pequeña él y solo él mi PADRE me lo dio.