Hasta aquí hemos llegado. Respeto profundamente la diversidad de ideologías, las simpatías o fobias hacia determinados cargos electos, el apego a unos colores, la defensa de valores heterogéneos, la necesidad de criterios dispares, pero desde YA -qué casualidad que la sentencia se dé a conocer el día que se inicia la campaña electoral para coartar con el consabido “es indigno utilizar el terrorismo como argumento electoral”-, dudaré de los que estas próximas elecciones regalen una papeleta a los que van a permitir el regreso de ETA a las instituciones.

Voten a los verdes, a los azules, a los magentas, a los transparentes, a los multicolores,  voten en blanco, pero por favor, demos una lección democrática -si es que todavía algo de esto queda- para que el PSOE se lleve el mayor palizón electoral de su historia. Posiblemente, si eso ocurre, salvarán el culo los mismos sinvergüenzas de siempre, pero créanme si les digo que con una presencia institucional diezmada -y por tanto con muchos menos recursos del Estado en todos los ámbitos de actuación que imaginen- el margen de maniobra para mangonear, trapichear y manipular quedará bajo mínimos. No entra en mis planes dorar la píldora a ningún partido en concreto, entre otras cosas, porque en los últimos tiempos el nivel político de este país y de sus representantes -salvo escasas excepciones- me avergüenza. Pero ante la intensa decepción y rabia que me ha producido comprobar que los magistrados propuestos por el socialismo han permitido que una ETA debilitada retome poder institucional y por tanto, obtenga información privilegiada y recursos que se contarán por millones de euros, reclamo sensatez a los españoles para que den un escarmiento en las urnas a los que han propiciado tal infamia. Porque si todavía, tras siete años de desfachatez, de desgobierno, de improvisación, de crisis económica aguda, de cinco millones de parados, de pérdida de credibilidad internacional, de flagrantes casos de corrupción -aquí debo puntualizar que en el mapa patrio de corruptelas, PP y PSOE van a la par-, de auspiciar frívolas crispaciones, de mentiras de manual  y de tomaduras de pelo continuados a los ciudadanos, a alguien le quedaban ganas de depositar votos socialistas en las urnas, se acaban de sumar unos cuantos motivos para desechar semejante idea: la complicidad con banda armada, la negociación permanente -y siempre negada- con los terroristas, el apoyo a los que matan, el propiciar un balón de oxigeno a los chantajistas, el facilitar la entrada de la mafia vasca en el corazón de la democracia española. Luego ya nos pondremos a solucionar las carencias y los defectos de nuestro imperfecto sistema… Como por ejemplo, que se predique la separación de poderes en España, cuando los miembros de uno -el Ejecutivo- proponen los nombres de los miembros del otro -el Judicial-. Llegados a este punto también me toca precisar: PP y PSOE propician, pactan y sustentan legislatura tras legislatura este engendro. O podemos sugerir a los magistrados que han decidido que Bildu es una organización integrada por honrados e inofensivos ciudadanos de bien, que dado que las arcas del Estado no están muy boyantes, renuncien a sus escoltas y a sus costosísimos vehículos blindados -que cuestan un congo a los maltrechos bolsillos de los contribuyentes-. Si determinaron con su resolución que los del Bildu son almas cándidas que no suponen ningún peligro real para el resto de los españoles, es obvio que para ellos tampoco: resulta innecesaria pues, la inversión en su seguridad personal. ¿Podrán descansar en paz cuando ocurra una desgracia -que ocurrirá- y sus togas se tiñan de sangre inocente?

No sé para ustedes, pero para mí es tan grave ser cómplice como ser terrorista. Lo dicho,  hasta que no contemos con un socialismo renovado, voten cualquier cosa menos PSOE. España necesita un cambio integral: en nuestros votos está que comience el 22-M.

Twitter: @CarmelaDf