El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, cree que «muchas veces» la regulación es «un corsé que impide la innovación». Y, como el consejero delegado del BBVA, Carlos Torres, aprovecha su intervención en el curso de la Apie en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander (patrocinado opor el banco) para reclamar la creación de ‘sandboxes’ regulatorios, que son entornos en los que se pueden probar productos o servicios financieros innovadores en el mercado sin necesidad de cumplir temporalmente con toda la regulación aplicable.

«Si no podemos innovar, no podemos competir«, argumenta Roldán, que subraya que los nuevos competidores, como las fintech, lo tienen «más fácil» que los bancos porque el sector financiero está «fuertemente regulado» y los operadores «no tienen una regulación específica y, cuando la tienen, es más laxa y ligera».

Por ello, es necesario que cuando se realice la misma actividad con los mismos riesgos se esté sometido a la misma regulación. «No estamos diciendo que la regulación tiene que ser la misma, sino que cuando los riesgos sean similares, la regulación tiene que ser similar», precisa el presidente de la AEB, que fue director general de Regulación del Banco de España.

«La regulación es muy estricta y el supervisor no tiene manera de eximirnos de cumplir determinadas obligaciones», insiste Roldán, que subraya que por eso son necesarios los ‘sandboxes’, que  «en la normativa no están». Además, «la normativa en EEUU es mucho más permisiva que la europea en cuanto a la utilización de los datos de los clientes», señala.

Para Roldán, la «competencia salvaje» que existe en el sector financiero español se mantendrá, e incluso aumentará, por la llegada de nuevos operadores. España se encuentra en la «liga media» en Europa en cuanto al grado de concentración bancaria, ya que lo tiene más alto que algunos países grandes, pero más bajo que otros como Holanda y o las naciones del Norte.

«Europa está sobrebancarizada, mientras España en los últimos años ha hecho sus deberes al reducirlo. Hay países que todavía tienen que hacer una labor profunda de reducción de la capacidad instalada», argumenta.

El presidente de la AEB aporta un dato: el 85% de la población española vive en municipios en los que funcionan, al menos, cuatro operadores bancarios, por lo que no existe una «falta de diversidad» en la prestación de servicios financieros.

«Podemos tener una mayor concentración en España, pero lo que necesitamos es fusiones transfronterizas en la Unión Bancaria», señala, aunque Roldán reconoce que en el actual entorno regulatorio «el tamaño es relevante». «La regulación es un coste fijo y tener un mayor tamaño te permite hacer frente a ese coste de manera mas eficiente», señala.

Transparencia en la quiebra de una entidad

Por otra parte, el presidente de la AEB reclama la «máxima» transparencia en el proceso de quiebra de un banco, como el caso Popular. Aunque «las decisiones se toman en Frankfurt y en Bruselas», en referencia a las sedes del BCE y de la Comisión Europea, es «necesario dotar de una especial transparencia a estas decisiones». El proceso ideado por las autoridades europeas es «transparente, pero muy complejo».

Para Roldán, la solución que se dio a la situación de Popular fue «de las opciones que había, la mejor para los clientes y, probablemente, para los acreedores». «La liquidación siempre va a ser mucho peor que cualquier otra opción«, remarca.