El doblaje entrega con brillantez sus primeros premios ‘Irene’

24/04/2018

Luis del Amo. Una vibrante gala corona el homenaje de la industria a sus pioneros y figuras destacadas.

 

El actor José Ángel Juanes recibe el premio Irene (Imagen cortesía Escuela de Doblaje de Madrid).

Apenas un año después de cerrar un conflicto laboral, el doblaje madrileño trató de abrir ayer un nuevo capítulo en su devenir. En Madrid, los profesionales – actores, técnicos, productores, directores, traductores, ajustadores – reunidos en una vibrante gala, entregaron los primeros premios Irene de Doblaje. Un homenaje a las figuras legendarias de los años dorados de este arte, que ayer supo encandilar también sobre las tablas del Teatro Príncipe Gran Vía.

Los premios, organizados a iniciativa de la Escuela de Doblaje de Madrid con la colaboración de Aisge, el sindicato Adoma, la Real Academia Española y diversas instituciones, tratan de ayudar a conseguir una mayor reconocimiento a la labor de los profesionales del doblaje y sonorización de películas y series. Una industria boyante que, a pesar de su relevante peso económico, se siente débil a la hora de defender sus intereses y su imagen frente al poder político y la sociedad.

Este es el marco en el que nacen los Premios Irene de Doblaje, cuya primera edición se resolvió ayer con una gala, marcada por la emoción y por la calidad de la propuesta que pudo verse sobre el escenario del teatro madrileño.

Y donde no faltó por un lado ni el homenaje al genial dibujante Forges, recientemente desaparecido –y autor del diseño que acompaña al galardón–, ni los premios a destacados técnicos, actores, productores, ajustadores; y en general a una profesión, cuyas peculiaridades quedaron plasmadas en un conjunto de hilarantes vídeos, con guion del actor y escritor Pachi Aldeguer, que fueron salpimentando la gala, a lo largo de su casi cuatro horas de duración.

Así, en el apartado técnico, la industria del doblaje premió a Alberto Herena, destacado operador de sonido; y a Nellie Manso de Zúñiga, a título póstumo, por su labor de adaptación. En cuanto a la producción, el premio fue para María Teresa Vázquez; mientras que, en el capítulo interpretativo, los premios fueron para José Ángel Juanes, Pilar Gentil, Eduardo Moreno (a título póstumo), Ana María Simón, Juan Logar, Javier Franquelo, Víctor Agramunt, Claudio Rodríguez, Selica Torcal y, como premio sorpresa, para Héctor Cantolla.

También fueron premiados por su labor en el doblaje y sonorización de películas el empresario José Luis Arbona (a título póstumo), y la distrituidora Paramount, el primer cliente con que contó la industria española, en los años 30 del siglo pasado, al encargar un doblaje al castellano de una película extranjera.

Historia del doblaje

Precisamente la actriz de doblaje que participó en aquel primer doblaje realizado en los estudios parisinos de Joinville, Irene Guerrero de Luna sirvió, además de dar nombre a estos premios, como hilo conductor para representar los primeros pasos de este arte en la industria pionera.

Mediante ágiles lecturas dramatizadas, la gala repasó algunas de las primeras experiencia de Guerrero de Luna en este cometido durante su estancia en la capital francesa, antes de regresar a España donde siguió trabajando, dando vida con su voz a personajes como la ‘abuela’ de Las chicas de oro; y a actrices como Barbara Stanwick, Bette Davis, Ethel Barrymore, Claudette Colbert o Marlene Dietrich; así como a personajes de animación, como la abuela de Heidi, hasta su fallecimiento en 1996.

La gala – con fines benéficos – fue presentada por Juan Luis Cano, de Gomaespuma; y contó con las imitaciones de Leonor Lavado, la actuación musical de Las Glamour, Titxu Vélez, Nacho Aldeguer y del Coro de Actores, que abrieron y cerraron el acto, en este último caso con el conocido Always look on the bright side, de los Monty Pithon. Tampoco faltó el vídeo de recuerdo a los fallecidos de la industria, acogidos con emoción por el público.

Imagen de los asistentes a la gala (foto: Escuela de Doblaje de Madrid).

Divertidas parodias 

Además, los asistentes al acto se deleitaron con los vídeos de conocidas películas, que remiten a las circunstancias en que los actores deben desempeñar su trabajo en una actualidad marcada por el miedo a la piratería y las prisas por entregar en la producción.

Especialmente brillantes en este sentido fueron los vídeos, por un lado de homenaje a Forges, con dramatizaciones de algunas de sus viñetas más conocidas – interpretadas, como no, por destacados actores y actrices de doblaje –; así como las parodias basadas en la famosísimas escenas del cine, entre las que destacan el divertido diálogo sobre la parte contratante de Sopa de ganso, de los Hermanos Marx – transformada aquí en comentario sobre los contratos de confidencialidad –; o una escena de Lo que el viento se llevó en cuya versión paródica Scarlatta O’Hara se encomienda a San Sincronio a fin de conseguir acometer un doblaje en pésimas condiciones de la copia de trabajo.

Y, si graciosos fueron estos vídeos, las carcajadas fue general cuando llegó el turno de El padrino, con un Robert de Niro armado con un bate de béisbol para mostrar a la concurrencia lo que es un palito, el apelativo con que conoce en la profesión a los takes o unidades de trabajo extra, no siempre fáciles de cobrar.

Sacar a la profesión del anonimato

Aunque el tono fue reivindicativo sobre el valor y la calidad del doblaje español, no faltaron tampoco algunas chanzas sobre los actores de imagen del nuevo cine español, y en particular sobre sus escasas capacidades para la vocalización. Pero lo que prevaleció fue la defensa de un sector que se ha sentido a menudo ninguneado, según quedó claro a lo largo de la gala.

Así, en su discurso, el actor José Ángel Juanes –actor y relevante locutor – llamó a “sacar a la profesión del anonimato” y “borrar la imagen negativa” del doblaje.

Mientas que Lorenzo Beteta, actor y director, y responsable de una de las entidades organizadoras del acto, la Escuela de Doblaje de Madrid, se felicitó en su intervención por la ocasión de “estar juntos” en la ceremonia, y recordó que la gala y la organización de los premios irá rotando. Además, según dijo, el año próximo será la profesión en conjunto quien decida si se premian trabajos concretos, y no trayectorias como en esta primera edición. “Lo decidiremos entre todos”, recalcó.

En la gala también intervino Amparo Climent, en representación de Aisge, la entidad de gestión de derechos de los actores y directores de doblaje; así como Jorge Lérner, secretario genereal de Aepsa, que agrupa a los técnicos de sonido.

Todos los premiados que fueron desfilando por el escenario recibieron sus galardones en medio de estruendosas ovaciones, y con el público puesto en pie, en un auditorio que se quedó pequeño para albergar a los asistentes. El importe de las localidades – agotadas poco después de salir a la venta, irá destinado a la Fundación Gomaespuma, y a sus proyectos solidarios con niños en diferentes lugares del mundo.

Además de las citadas entidades los premios contaron con la colaboración de la asociación de estudios de doblaje de Madrid (Aedma), el Instituto Cervantes, los estudios Tecnison, Best, Sonologic, Media Sound, Deluxe, Sonygraf, Rec Games, DLM, Recording Words, Peakland; así como otras instituciones como la escuela de doblaje AM, el teatro Príncipe Gran Vía, y empresas de servicios, como El Doblaje.com, Señor Paraguas y Verité.

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