Cada vez es más frecuente encontrarnos con empresas que se suben al tren del BYOD: Bring Your Own Device, o lo que es lo mismo, trae tu propio dispositivo al trabajo. Se trata de una tendencia que lleva varios años funcionando en Asia y en América, propiciada por el hecho de que, a nivel particular, se ha masificado el uso de terminales de alto rendimiento que superan a las tecnologías que se pueden encontrar en el mundo profesional.

La práctica del BYOD permite a los trabajadores de una compañía tener acceso a toda la información necesaria para desempeñar su trabajo a través de sus dispositivos móviles personales: teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores portátiles… Siempre con el requisito de que puedan conectarse a Internet, pues todos esos datos estarán disponibles desde la nube.

¿Qué beneficios ofrece? Para empezar, favorece la movilidad y la flexibilidad del trabajador y, en consecuencia, mejora sus condiciones de conciliación, por una parte, y por otra, la atención al cliente, dado que puede estar al día con sus labores desde cualquier punto y en el momento en que lo necesite. También se ha detectado un incremento de la productividad, debido a que los empleados se encuentran más cómodos trabajando con sus propios dispositivos y aplicaciones, que han elegido y configurado de forma personal según sus preferencias.

 

De esta forma, aumenta además el grado de satisfacción en el puesto laboral y mejora la calidad en las relaciones y en la colaboración entre compañeros. De hecho, no debemos olvidar que estas herramientas sirven como apoyo para la planificación entre trabajadores y pueden ahorrarle recursos a la compañía. Sobre todo, porque se evitan un buen número de desembolsos en equipos informáticos: ordenadores de mesa (y las infraestructuras que llevan consigo), móviles de empresa, licencias de programas y otros gadgets tecnológicos que, en muchas ocasiones, se duplican y multiplican la carga del trabajador (literalmente hablando).

Gestión inteligente
Lógicamente, la práctica del BYOD no ha de funcionar a su libre albedrío, sino que ha de estar inserta en la propia estrategia de la compañía y gestionada con softwares avanzados que garanticen la seguridad de la red. Éstos pueden evitar que perdamos informaciones muy valiosas si el móvil de uno de nuestros empleados desaparece o si algún tipo de malware se cuela en nuestro sistema.

Igualmente, no debemos perder de vista el ancho de banda, que debe ser suficiente para dar cobijo a todos los instrumentos de trabajo que funcionen bajo su paraguas. El BYOD implica un mayor consumo de los recursos, ya que las aplicaciones más populares (instaladas en prácticamente todos los terminales) utilizan elementos multimedia que saturan ese ancho de banda. Y, por supuesto, es importante contar con un buen proveedor de servicios cloud que asegure un rendimiento óptimo.

Es recomendable que aquellas empresas que tengan interés en subirse a este carro establezcan políticas BYOD de origen en todos sus departamentos, involucrando a todos sus empleados en la toma de decisiones. Por ejemplo, se puede alcanzar con ellos acuerdos que impliquen que la empresa sufrague total o parcialmente ciertos dispositivos, adaptados al BYOD, para asegurarse de que todos cumplen determinados requisitos en cuanto a capacidad, funcionalidad y seguridad.

Por otra parte, será importante reforzar el departamento de TI, tanto en soporte como en mantenimiento, si queremos movernos en este ambiente de forma fluida y sin riesgos. Hay que tener en cuenta que los especialistas en el apartado tecnológico tendrán que lidiar con todo tipo de sistemas operativos, de terminales, softwares… que complicarán su trabajo diario para alcanzar cierta homogeneidad, y que deberán dar respuesta a cualquier problema que surja.

Un ‘software’ para el ‘Mobile Device Management’
Además de las políticas de funcionamiento, de primas por dispositivo y de otras opciones plausibles para concienciar a los trabajadores de la necesidad de multiplicar el control y la seguridad de los aparatos que vayan a emplear con fines laborales, la empresa debe tomar medidas que garanticen esa seguridad, y que eviten el robo, desaparición o mal uso de la información que corre por sus redes. No hablamos sólo de antivirus, sino de otro tipo de softwares capaces de administrar y monitorizar los dispositivos que se conectan a la red empresarial. Se trata del Mobile Device Management (MDM). ¿Cuáles son sus funcionalidades? Por ejemplo, la instalación masiva de aplicaciones en los terminales conectados a la red; controlar el acceso a los dispositivos y a las aplicaciones que pueden ser empleadas; bloquear funciones; localizar y seguir aparatos vinculados; controlar el consumo telefónico y de datos; sincronizar archivos; borrar datos de forma remota, o establecer contraseñas de bloqueo desde el servidor, entre otros aspectos.

Ni qué decir tiene que es primordial contar con un acuerdo previo con los trabajadores para monitorizar sus propios aparatos. No sólo para que no se atente contra su privacidad, también para que no se pierdan muchos de los beneficios que el BYOD produce. Romper ese bienestar que mejora su rendimiento y productividad podría hacerle perder a la empresa recursos humanos muy valiosos.

 

Mili Pérez es CMO (chief marketing officer o directora de Marketing) de Netelip (en Twitter, @netelip), una marca comercial del operador de servicios de telefonía IP y soluciones en la nube dirigidos a pymes y autónomos Telcom Business Solutions SL (Telcom BS). Netelip presta servicios de telefonía IP a más de medio millón de usuarios en todo el mundo, a través de una extensa y moderna red de voz y datos, destacando en servicios de valor añadido como Centralita Virtual, Fax 2 Mail o Click to Call.

 

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