Marchaba yo hacia Sevilla caminito de la Intermunicipal del PP atemorizada por lo que tenía visos de convertirse en un fin de semana de permanentes jolgorios grupales, tras el palizón electoral de mayo. Iba pensando en el AVE  que si  el Congreso Nacional de enero -celebrado en la misma ciudad y a cinco largos meses de las elecciones- había dejado el listón de festivales colectivos por las nubes, qué no me encontraría ahora que los protagonistas del evento acababan de estrenar el mayor poder autonómico y municipal logrado desde la transición. Pero estos chicos son impredecibles: en vez atiborrarse de jarana, la preocupación por la legislatura tan complicada que van a tener que afrontar ha dominado el ambiente. Si a principios de año prevalecía la alegría desbordante por el previsible triunfo, estos días parecía pesarles más la responsabilidad que la ilusión.

Y es que la herencia envenenada que han dejado los socialistas es para echarse a temblar: en el mejor de los casos instituciones con situaciones financieras dramáticas; en el peor, directamente en la bancarrota. Nos contaba la nueva alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, que en el Ayuntamiento cacereño llevan cinco años sin pagar a los acreedores -mientras, el anterior equipo seguía malgastando dinero en asuntos tan trascendentales para los ciudadanos como talleres de risoterapia, concursos de melodías por Internet o exposiciones de móviles usados-. ¿No les da por pensar cómo habrán sido compensadas dichas PYMES para que no se haya montado una revolución a las puertas de este consistorio tras un lustro sin cobrar? Los andaluces comentaban que en el sur se levantan a diario con el descubrimiento de nuevos casos de fraude y corrupción. El correspondiente al sábado recaía sobre la Consejería de Educación: acababan de salir a la luz facturas falsas de colegios que no existen… Semejantes desvergüenzas se erradicarían o al menos disminuirían, si nuestro ordenamiento aplicase responsabilidades penales severas por el despilfarro de fondos públicos de los cargos electos durante el ejercicio de sus funciones. El alcalde de Granada, José Torres, reclamó sueldos dignos para los políticos –Montoro le secundó ipso facto, hay que ver la rapidez con la que acuerdan determinados aspectos de su interés-. Nada que objetar -es un posible remedio para evitar tentaciones- siempre que la totalidad de los españoles también dispongamos de sueldos dignos acordes a nuestra cualificación profesional, valía y experiencia. Rita Barberá -a la que salvaría de cualquier hoguera pero sin poner mi mano en el fuego- estaba mosqueada por el desprestigio de la casta política y reivindicaba respeto para los que dedican su vida con honestidad y dedicación plena al servicio público. Rita, sólo te pongo un “pero”: desde dentro de los partidos debéis ser más duros, inflexibles y contundentes con vuestros compañeros chorizos. Se ha echado en falta por parte del PP y de sus dirigentes -en el Gürtel sin ir más lejos- actuaciones y declaraciones implacables, sin excusas ni justificaciones. Rajoy ha sido aclamado con sintaxis presidencial -siendo tratado como tal- aunque ninguno de los suyos repara en lo futurible de este hecho. Error: es obvio que salvo catástrofe, desgracia o barrabasada maestra de Pepunto, ganará las generales -es hasta necesario-. Tanto, como la mesura, humildad y respeto por parte de los populares ante el resultado definitivo de las urnas y la voluntad final de los españoles.

La palabra fetiche de esta Intermunicipal ha sido austeridad. No puedo estar más de acuerdo en su urgente aplicación en todas las administraciones públicas, aunque otro de los motivos que aturde y acongoja a los recién electos es cómo afrontar el futuro “haciendo más con muchos menos, consiguiendo el doble de resultados con la mitad de recursos”. Señores del PP, no se agobien, pregunten a cualquier familia española: es lo que llevamos haciendo todos los ciudadanos desde hace tres años…

“Es fácil eludir nuestras responsabilidades, pero es imposible eludir las consecuencias de haber eludido nuestras responsabilidades”.

Twitter: @CarmelaDf