Habló el jefe; todos a callar

13/07/2011

Miguel Larrañaga. 13-07-2011

Andaban los mercados europeos jugando al quiero y no puedo. Apertura rarita, continuación alcista, atragantamiento con el dato británico de paro, vuelta al inicio y aún peor… pero habló Bernanke y todos los demás callaron.

Dijo el jefe de la Fed que no piensa permanecer cruzado de brazos si las cosas empeoran y que está dispuesto a tirar la casa por la ventana con tal de mantener el crecimiento económico. Y todos los demás callaron y se dedicaron a comprar. La apertura de Wall Street fue una de esas alcistas con descaro y los europeos decidieron seguir a quien marca el rumbo.

Les he contado muchas veces que, en realidad, lo que opine Europa importa poco. En esto de la Bolsa, manda Estados Unidos y no hay más vueltas que darle. Y si las noticias europeas son malas, al otro lado del Atlántico decidirán hasta dónde llega el «receso». Justo hasta donde ellos quieran o les convenga para cargar de nuevo la cartera hasta los topes.

Porque, no se engañen, mientras todo bajaba de forma alarmante en Europa en los últimos días, alguien estaba comprando las acciones que los miedosos vendían presas del pánico. El mercado funciona así y sólo es preocupante que si alguien quiere vender nadie quiera comprar. eso fue exactamente lo que pasó en el crack del 29, pero mientras alguien esté dispuesto a comprar, sea al precio que sea, el mercado funciona. Y los que saben de este asunto, compran ahí. Justo cuando los demás venden.

Total, que se disiparon las dudas durante un rato y Europa apuntó al norte, como está mandado cuando el jefe del cotarro lo ordena. Cierto es, no obstante, que unos más que otros y aquí es donde se demuestran las fuerzas de cada cual.

El Dax alemán salió como alma que lleva el diablo hacia arriba. Ya había apuntado maneras tras conocerse que el crecimiento del PIB chino era mejor de lo esperado (las ventas de productos alemanes en China van viento en popa y para que siga así es necesario que ese país siga creciendo). El resto, como de costumbre estuvieron más discretos, incluido el Ibex.

La sorpresa positiva fue el Mibtel italiano, que salió del pozo a rebufo del Dax apoyado en una declaración de Fitch, que sugirió que mantendrá el rating italiano sin cambio porque le gusta el programa de recorte de gastos que va a aprobar el país transalpino.

En fin, que habló Bernanke y salió el sol. Al cierre, el Dax marcaba un avance del 1,31%, el CAC subía un 0,51%, el FTSE un 0,64% y nuestro Ibex un 0,66%.

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