El peso de los puestos que exigen alta o media formación apenas ha cambiado en España. Y ello a pesar de la revolución tecnológica en marcha. Las empresas apenas forman a sus trabajadores. Y cuando estos se forman por su cuenta, en el sistema de formación profesional, luego apenas encuentran otro empleo que el de camarero.

Este podría ser un resumen de un estudio sobre digitalización presentado hoy viernes por Comisiones Obreras (COO), donde el sindicato denuncia el bajo interés de la empresas por formar a los trabajadores y expresa sus dudas sobre la presunta falta de personal cualificado para cubrir los puestos en alta tecnología.

En primer lugar, el sindicato resalta los cambios que se avecinan en virtud de la creciente digitalización del sistema productivo, que afectará especialmente a las actividades rutinarias o repetitivas que puedan hacer máquinas, así como como a la labor de análisis donde pueda entrar la inteligencia artificial.

En segundo lugar, el sindicato traza un negro panorama sobre la realidad española, y de su sistema productivo, que, dada su especialización en actividades de bajo valor añadido, desprecia el grado de formación alcanzado por el país, que supera a Europa en titulaciones STEM (ciencias, ingeniería, matemáticas y tecnología).

Así, a pesar de lo que se dice, el estudio sindical duda de la presunta falta de talentos dedicados a cubrir los puestos de mayor especialización tecnológica. Por un lado, esta supuesta carencia no aparece reflejada en el catálogos de ocupaciones de difícil cobertura que elabora cada año el servicio público de empleo, SEPE.

Y, por otro, el grado de inserción de los estudiantes de los ciclos superiores de la formación profesional, apenas llega al 10%, en las ocupaciones para las que han estudiado, con la única excepción de la familia de imagen y sonido, según afirma un estudio anterior publicado por este sindicato.

La mayoría de estos estudiantes termina trabajando de camarero o dependiente, reitera el nuevo informe, que describe a continuación otros aspectos que caracterizan el sistema productivo español, en opinión del sindicato.

Poca formación en el empleo

Solo el 2,5% de los trabajadores recibe formación en sus empresas relacionada con las nuevas tecnologías, añade el sindicato con datos del sistema de formación bonificada.

Y nada parece haber cambiado en los últimos años en cuanto a la especialización productiva. El proceso de terciarización de la economía, ahondado durante la recuperación, parece orientarse hacia los servicios de bajo componente tecnológico. Y un 25% de los nuevos puestos de trabajo se encuadran en comercio y hostelería.

Otros sectores, con mayor presencia de tecnología digital, como el industria, información y comunicaciones, y actividades científicas, apenas representan un 25% del total de nuestra economía.

Los mayores problemas se encuentran en las microempresas, muy abundantes en el ecosistema empresarial español. Y así se refleja en cuanto a su grado de equipamiento en ordenadores, conectividad, uso de firma digital, facturación electrónica, comercio electrónico, herramientas de procesado automático de información, análisis masivo de datos Big Data o utilización de servicios en la ‘nube’.

“Las perspectivas de creación de empleo y cambio del modelo productivo son bajas”, concluye el informe que pide a los poderes económicos y políticos un mayor esfuerzo para formar a la población, y compensar los efectos que, a pesar de sus beneficios, provocarán la destrucción de algunos empleos.

Dónde crece el empleo

A pesar de que, en conjunto, el peso del empleo en España ha variado poco en los últimos años en términos de especialización tecnológica, sí se detectan en cambio un mayor número de contratos en sectores como la informática, la consultoría empresarial y la ingeniería. Y, singularmente, en el ámbito de la producción de tecnología y software digital, donde el empleo ha crecido un 24% desde 2013.

En el otro lado, en cambio, han caído los contratos en áreas como la investigación y el desarrollo, y la industria aeronáutica y espacial, debido, en opinión del sindicato, al recorte de la inversión púbica y privada en estos sectores.

En definitiva, el 72% del empleo en España está asociado a ocupaciones con un grado de incorporación de la tecnología bajo o moderado, resume el informe.

Formación requerida

Además, el informe repasa las destrezas requeridas para hacerse un hueco en este imparable proceso de digitalización en las empresas, como son los conocimientos en comunicaciones de banda ancha, ciberseguridad, robótica, impresión en 3D, inteligencia artificial y realidad virtual, desarrollo de sistema de información, programación, computación en la ‘nube’, Internet de las cosas y domótica.

También se valoran, dentro de otras competencias, de tipo personal o social, la creatividad, el trabajo en equipo, la polivalencia, el liderazgo, la iniciativa, la toma de decisiones y la capacidad para solucionar conflictos, la inteligencia emocional, la comunicación y la gestión del estrés.

Para el sindicato resulta “ineludible evitar que los cambios digitales que están afectando al mundo del trabajo aumenten la precariedad laboral y la desigualdad social y consoliden la tremenda pérdida de derechos laborales que ya han sufrido los trabajadores durante los años de crisis”.

“El papel de CCOO junto al resto de sindicatos y agentes sociales, ha de ser garantizar una transición justa que proteja a las personas trabajadoras”, concluye.