El volumen de contratos temporales cayó en marzo un 27% respecto al año anterior. Un golpe derivado de la crisis de la Covid-19, que se ha dejado sentir especialmente en sectores como la construcción y los servicios, y en territorios como Baleares, según un estudio de Randstad con datos del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe).
Los datos confirman el batacazo que las medidas de confinamiento y el cierre temporal de negocios han asestado a la economía española y en especial al mercado de trabajo. Y corroboran además que las empresas siguen utilizando la contratación temporal como media de ajuste cuando vienen mal dadas.
El año pasado se firmaron en marzo más de un millón y medio de contratos temporales. Este año, con la declaración del estado de alarma, la cifra cayó un 27%, hasta poco más de 1,1 millones.
“Son cifras terribles”, asegura Valentín Bote, director del servicios de estudios de la consultora y empresa de trabajo temporal. Sin embargo, “podemos presumir que a partir de mayo en actividades como hostelería y turismo la contratación crezca a doble dígito”, aventura a la espera de conocer resultados sobre las medidas de desconfinamiento y deshibernación de la economía, avanzadas ayer por el Gobierno de Pedro Sánchez.
La construcción se hunde
Por sectores la caída se dejó sentir con fuerza en la construcción y los servicios. El ‘ladrillo’, otra vez en el foco de la crisis, se deja un tercio del total de contratos temporales. Una cifra similar a la de los servicios, que, en volumen total, pierde nada menos que 300.000 contratos respecto al mes de marzo del año anterior.
En cambio la agricultura y la industria, declaradas como servicios esenciales – sin excepción en el primer caso; con salvedades en el segundo – aguantan mejor el empellón. Y ceden un 17% la primera y un 14% la segunda con relación al año anterior.
Baleares, como ya revelara ayer la Encuesta de Población Activa, vuelve a liderar el pelotón de los más perjudicados por la crisis del Covid-19, sin duda debido a su especialización turística. Un 40% de los contratos baleares se han volatilizado, en relación al año anterior, en un mes de marzo que suele dar inicio a la temporada turística larga en nuestro país.
Cantabria y Asturias pierden un tercio de sus contratos, seguidas de Madrid, Canarias y La Rioja, todas ellas con hundimientos por encima del 30% con relación a marzo de 2019.
Las comunidades que mejor aguantan el golpe son Murcia y Navarra, que pierden en torno al 15% de sus contratos. A más distancia, con un 25% de caída, se sitúa la Comunitat Valenciana, por debajo de la media nacional del 27,4%.
Por provincias, los mejores datos se encuentran en Almería y Palencia, con caídas en la contratación temporal en torno al 13%; seguidas de Soria y Cuenca, en torno al 18%; y Huelva, un 20%.
En el lado contrario, las caídas más vertiginosas en la contratación temporal en el mes de inicio de la pandemia se registran, junto a Baleares, en Jaén y Huesca, en torno al 40% menos; seguidas de Huesca, Córdoba, Tenerife, Ávila y Salamanca, un 33% menos aproximadamente.
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