El pesimismo se ha instalado entre los trabajadores autónomos españoles, una de las principales fuentes de generación de empleo en nuestro país, por la situación económica española que ha provocado deterioro del negocio, falta de financiación, impagos o retrasos en sus cobros lo que acaba por traducirse en que la gran mayoría no va a realizar nuevas contrataciones.

Así lo recoge el último Observatorio del Trabajo Autónomo de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, ATA, que preside exprofesor José Barea y de la que se desprende que  tres de cada cuatro autónomos (74,2%) confiesan que su negocio se ha visto, en lo que va de año, afectado negativamente frente a un 13,4% al que la crisis le ha pasado desapercibida y un 11,7% que manifiesta que el balance de su negocio es positivo.

El desplome en las ventas y la pérdida de actividad (59,4%) ha repercutido sobre seis de cada diez empresarios autónomos, constituyendo la causa principal del deterioro de su negocio; le siguen el escenario de la morosidad tanto pública como privada (20,5%) y la falta de acceso al crédito en las entidades financieras (14,6%).

Para el futuro inmediato la situación no apunta mejor ya que siete de cada diez autónomos (70,5%) piensan que su facturación no mejorará a lo largo de 2011 frente a un 20,4% que opina lo contrario.

Por lo que se refiere al empleo, prácticamente ocho de cada diez autónomos (79,8%) no ha contratado a nadie en el primer semestre de 2011, frente a un 20,4% que sí lo ha hecho.

Con relación a las previsiones para lo que resta de año, la respuesta es demoledora: de nuevo, nueve de cada diez empresarios autónomos (90,1%) no tienen ninguna intención de contratar nuevos trabajadores este año, frente a un escasísimo 6,7% que, en principio, piensa hacerlo y un 3,2% que no facilita su opinión.

Centrándose en el 90,1% que no prevé contratar nuevos trabajadores en 2011, la causa principal para prácticamente la mitad de los autónomos (46,4%) reside en la caída de la actividad; para casi la cuarta parte (24,5%) a imposibilidades económicas; para algo más de una docena por cada cien (15,4%) a que en este momento está llevando a cabo reducciones en la plantilla y para el 9,5% de los encuestados a que la propia actividad no precisa de ningún nuevo trabajador.

“Luto económico”

Con relación a las expectativas de la situación económica nacional, el pesimismo es la nota: después de tres años de crisis, nueve de cada diez autónomos (el 89,3%) opina que la situación económica del país se mantendrá igual (39,3%) e incluso que irá a peor (50%), frente a un 5,5% que piensa que mejorará y un 5,2% que no contesta.

En definitiva, un altísimo porcentaje de autónomos pronostica de “luto económico” en 2011,  basándose en las débiles expectativas económicas y los negros nubarrones del empleo.

Financiación y morosidad

La  encuesta, realizada entre 1.184 trabajadores autónomos distribuidos por todo el territorio nacional,  señala que aunque el 61,5% continúan dirigiéndose a alguna entidad financiera con la esperanza de que les concedan liquidez para sostener su negocio y economía familiar, frente a un 37,5% que en este sentido no hace ningún esfuerzo, la respuesta obtenida desde las entidades financieras no puede ser más desoladora: prácticamente a uno de cada dos (48,6%)  le deniegan la financiación que solicita; a uno de cada cuatro (26,8%) se la conceden pero por un importe inferior al solicitado y también uno de cada cuatro (24,6%) no ha tenido ninguna dificultad.

Otra de las losas que soportan los autónomos es la morosidad. El retraso, tanto público como privado, que arrastran y padecen los autónomos y que afecta, de pleno, a la “supervivencia” del negocio familiar, lo confirma que casi de seis de cada diez autónomos (58,9%) responde que su negocio se ha visto afectado por este hecho, frente a un 38,9% que responde lo contrario.

Los autónomos también protestan de lo dilatado de los tiempos a la hora del cobro. Aseguran que existe una “manifiesta falta de respeto de los deudores a la hora de cumplir con los contratos firmados”, incumpliendo los plazos legales que establece la Ley de Morosidad.

Casi siete de cada diez autónomos (64,2%) tarda más de seis meses en cobrar sus facturas y de ellos, casi uno de cada tres (30,4%) más de un año (más de 361 días).

Nueva línea del ICO para ayuntamientos

Con relación a la nueva línea ICO que ha puesto en marcha el Gobierno para que las entidades locales puedan hacer frente a las deudas contraídas con empresas y autónomos, prácticamente la mitad de estos últimos (48,8%) opina que dicha medida no va a ser efectiva frente a un 40,1% que se muestra más esperanzador y cree que sí va a funcionar. Hay un  significativo 11,1% que no sabe/no contesta.