Vuelve a mi mente el recuerdo infantil más agradable relacionado con la cultura. Estaba en el salón, frente a la estantería. De puntillas intentaba coger un tomo de la recién llegada Enciclopedia Universal. Pasaba horas leyendo definiciones y mirando fotografías. Así empezó mi camino hacia el aprendizaje. Y en mis dos últimos años de carrera de Historia del Arte, tuve contacto con la informática, ¡oh, descubrimiento! El PC se convirtió en mis pinceles, y cuando llegó Internet, ¡qué alegría, cuánta gente con quien hablar y compartir!

Aprendí a construir un ordenador, configurarlo, arreglarlo, era necesario. Es un instrumento que me ha permitido aprender ¡tantas habilidades! Y lo mejor, lo sigue haciendo cada día… Soy una firme defensora de cohesionar los saberes, cultura y ciencia van de la mano.

Aprender es un privilegio, siendo como es la educación un derecho fundamental. No es de extrañar que una de mis primeras heroínas fuera Mafalda —la niña argentina más querida por todo el mundo— y con ella comencé a admirar a su creador, Quino, un genio: “Vivir sin leer es peligroso, te obliga a creer en lo que te digan”. Querida Mafalda: gracias, me hiciste disfrutar, reír aprendiendo y pensar de forma crítica. Aún te sigo leyendo.

Nuestro conocimiento crece y cobra significado aún más cuando es compartido y transmitido, ahora con inmediatez gracias a las redes sociales. En ellas he tenido la oportunidad de conocer grandes personas y actividades. Desde aquellos que altruistamente te ayudan hasta personas que esperan cobrar. A mí me gusta ayudar, establecer una relación de confianza. Y si de ahí sale una oportunidad de colaborar económicamente, perfecto, pero sin forzar.

Si algo he aprendido en esta etapa de búsqueda de empleo, es que tenemos la ventaja de tener algo de tiempo para pensar; primero, crear nuestra meta —saber hacia dónde queremos dirigir nuestros esfuerzos—, y después elegir el cómo, qué pasos tengo que dar para llegar a mi objetivo. En mi caso, la formación acompaña todo el proceso; nunca he dejado de aprender, me resulta fácil, ventajas de ser “multipotencial”. Lo mismo puedo dedicar mi tiempo a crear un proceso de gestión del talento para una multinacional, que participar en una campaña de marketing de una revista digital.

Haciendo consultoría de gestión del talento, mis clientes han sido de muy diversos sectores: educación, banca, inversiones, farmacéutica, seguros, viajes, tecnológicas, servicios, ingeniería, medioambiente, energía. Tras escuchar lo que quieren los departamentos de recursos humanos, he logrado procesos en sintonía con los deseos de sus empleados, consiguiendo así mejorar su compromiso y rendimiento. Hay que valorar el capital humano.

Camaleónica profesional
Mi principal logro es aplicar lo aprendido para crear algo nuevo. Allí donde no había un repositorio documental para el soporte técnico, presenté el proyecto y logré crearlo. También vi potencial en la puesta en marcha de un departamento de formación en una empresa de software. Y donde faltaba un programa para recoger las incidencias producidas en los programas de eLearning desarrollados sobre la plataforma Moodle, lo busqué y configuré. Fomenté en las empresas de consultoría la creación de rondas de formación transversal entre diferentes áreas de la organización. Y así, con tanta variedad, queda reflejado que soy camaleónica profesional; me adapto fácilmente a cualquier tecnología, según sea la necesidad del cliente y del proyecto, aportando ganas de trabajar e ideas.

¿Y por qué repito tanto la palabra aprender? Porque es necesario practicar la formación continua en todas las áreas de la vida, en busca del desarrollo personal y profesional. En mi caso, aprender supone no sólo saciar mi curiosidad, también contar con la necesaria capacitación, en conocimientos, herramientas y habilidades, a fin de ofrecer múltiples respuestas si me preguntan: ¿Me puedes ayudar? Y así lo estoy demostrando participando como voluntaria, desde el principio de la pandemia, en la red Coronavirus Makers. Demostrando que hay mucha gente buena dispuesta a ayudar, sea de la condición social que sea y por muy diferentes medios. Así tuve la oportunidad de contactar con algunos CEO que me decían: “Sí, claro, quiero ayudar”. Y tú, ¿te seguirás esforzando para tener y ofrecer más oportunidades?

Gema Prados Mateos (en Twitter, @Arts_gema) es consultora tecnológica independiente, especializada en transformación digital. Licenciada en Historia del Arte, tiene experiencia en implantación de proyectos de eLearning y software comercial. Ha ayudado en su proceso de transformación digital a empresas como Telefónica, Banco Santander, Elecnor, Laboral Kutxa y Mahou San Miguel. Actualmente dispuesta a participar en nuevos y retadores proyectos, ha trabajado para organizaciones como IBM, Telefónica, DXC Technology y Tribridge.