UGT y CCOO anunciaron hoy la movilización de sus bases el próximo 11 de febrero. Se trata de la primera protesta contra el Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos de similar envergadura. Y tiene como fin recordar al Gobierno sus compromisos, y no dilatar más la retirada de la reforma laboral del PP, y la de pensiones.

Los líderes de ambos sindicatos presidieron hoy un cónclave, donde ambas organizaciones decidieron la convocatoria de las protestas. Serán el 11 de febrero, jueves, al mediodía, frente a la sede de la delegación de Gobierno de diferentes ciudades españolas, aunque la convocatoria se limita en su alcance, en cumplimiento de las medidas de seguridad contra el coronavirus.

Los sindicatos exigen al Gobierno que reabra las mesas donde hace diez meses dejó de negociarse un nuevo marco laboral. La emergencia sanitaria truncó la contrarreforma laboral que se preparaba. Y los sindicatos quieren recuperarla en este momento, cuando se vislumbra, merced a la vacuna, una luz al final del túnel.

Sin embargo, en su aspiración, los sindicatos topan con dos grandes resistencias. Por un lado, los empresarios, que no quieren ceder los nuevos poderes que les otorgó la reforma laboral de 2012. Prerrogativas que, según sus defensores, ayudaron a conservar empleos y empresas. Y a devaluar salarios y condiciones de trabajo, según sus detractores.

El otro gran escollo es el afán de Bruselas de aprovechar el momento para forzar a los Gobiernos a encarar las reformas largamente postergadas. El mercado de trabajo español es una fábrica de paro y precariedad. Y su reforma encabeza la lista de las tareas pendientes del país, donde figuran también otros asuntos, como el sistema de pensiones y, entre otras, el impulso de la productividad.

El mal funcionamiento del mercado español de trabajo es un diagnóstico compartido. Pero las disensiones afloran a la hora de elegir la medicina. Y los ámbitos que habría que retocar; que son, en opinión de los sindicatos, el despido, el abuso de la contratación temporal o las reglas de juego de la negociación colectiva.

La vicepresidenta económica Nadia Calviño aparece alineada con los designios de Bruselas. Y los sindicatos pretenden inclinar la balanza hacia el lado del Gobierno que encabezan el vicepresidente Pablo Iglesias y la ministra de Trabajo Yolanda Díaz, ambos de Unidas Podemos, más próximos a las tesis de los sindicatos.

“Queremos fechas”

“Si se pretende que la salida de la crisis sea distinta, no sirve el modelo que se diseñó para crisis anteriores”, destacó el líder de CCOO, Unai Sordo, tras la presentación este martes de las movilizaciones.

“Es el momento de hacer cosas. Le pedimos al Gobierno concreción, fechas para abordar las reformas que quedaron pendientes en marzo”, añadió.

“La frase más repetida por el Gobierno es que nadie iba a quedar atrás en esta crisis. Pero, lejos de esto, el Ejecutivo intenta ahora abrir un proceso de negociación que tenga como base la actual situación de crisis”, apoyó su compañero Pepe Álvarez.

“Abordemos de manera inmediata la derogación de las reformas laborales, por lo menos en sus aspectos fundamentales. Corre ahora más prisa que en marzo”, remató.

“No queremos esperar más. Es necesario que se vuelva a reanudar la mesa en relación con la reforma laboral”, continuaron.

Los sindicatos pretenden que el Gobierno abra en el plazo de “una o dos semanas” la mesa de negociación para derogar la reforma laboral. Y avisan de que las protestas del 11 de febrero son solo el “pistoletazo de salida”.

“Luego veremos si el proceso de movilización continúa”, remató Sordo.