Más de un 90% de los ingenieros técnicos y graduados industriales que trabajan como autómomos en este sector prevén aumentar o conservar la plantilla en sus actuales términos durante los próximos meses. Apenas un 8% piensa desprenderse de algún trabajador, según el barómetro del sector encargado por el colegio que agrupa a estos profesionales — tanto asalariados como autónomos — Cogiti, elaborado a base de 3.500 encuestas por el Colegio General de Economistas y publicada hoy viernes.

Las cifras avanzadas hoy coinciden con los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada ayer que reflejan un gran auge de los profesionales autónomos con empleados a su cargo, esta vez en todos los sectores, no solo en la industria, donde su número creció más de un 14% el pasado 2021 con respecto al año anterior.

En el caso de la industria, un 23% de los autónomos de este sector piensa aumentar la plantilla los próximos meses, en tanto que otro 70% estima que podrá mantener su plantilla actual; mientras que otro 8% considera que se verá obligado a prescindir de algún trabajador.

Un optimismo en materia de empleo que choca sin embargo con algunas de las principales conclusiones del informe. Para los ingenieros encuestados, la situación actual de la industria es mejor que en desastroso año 2020, marcado por la irrupción y primeras olas de la pandemia. Sin embargo, un buen cúmulo de nubarrones se ciernen sobre los tejados de las fábricas, como el incremento de los precios de la energía y las materias primas, y el desabastecimiento que aún colea sobre sobre el sector.

Un panorama incierto donde destaca por su potencial sanador la ayuda económica europea, que sin embargo, consideran los ingenieros, no llegará fácilmente hasta las pequeñas y medianas empresas españolas.

Pérdida de peso

El informe detalla primeramente la pérdida de peso del sector industrial español sobre el conjunto del PIB, que cayó hasta el 14,7% en 2020, frente desde el 18,7% de 2000; y muy lejos del objetivo del 20% marcado por varios países europeos.

La Covid-19 ha puesto en jaque a la industria española. Y aunque se ha recuperado en 2021, se sufren aún los problemas de desabastecimiento y el encarecimiento del precio de la energía, el transporte y las materias primas.

El sector no obstante observa “oportunidades” ligadas a la inyección de fondos europea.

“Hay muchas oportunidades y retos para el sector que no podemos dejar escapar y por las que hay que apostar decididamente. Debemos ser capaces de liderar las tecnologías y crear el entorno productivo, con los que liderar la transición energética y sostenible de nuestra economía. Porque será el eje del desarrollo de los próximos años”, afirma José Antonio Gabaldón, presidente del consejo de ingenieros técnicos industriales durante la presentación del informe.

En la misma línea, Valentín Pich, presidente del Consejo de Economistas, condiciona los efectos de la pandemia al “uso que se haga los fondos europeos”. “Si se aprovecha o no para generar economías de escala con un efecto tractor que financie reformas estructurales necesarias para la modernización de la industria española”, aventura.

Un país de pymes

España se sitúa en la sexta posición en relación al tamaño de su industria. Lejos de los campeones europeos, como Italia, Alemania, Francia, y también Reino Unido, según este informe.

En el interior de España, se observan grandes diferencias por regiones. Y el norte, con la única excepción de Galicia, atesora un PIB industrial superior a la media nacional.

El 99,5% de las empresas industriales españolas son pymes, añade el informe que destaca entre sus conclusiones la necesidad de invertir más en I+D+i, mejorar la formación profesional y la colaboración público privada y finalmente fomentar que las empresas ganen en tamaño.