Llevamos meses de campaña electoral en la que  la economía acapara la atención de los ciudadanos, pero los analistas políticos de dentro y fuera de los partidos no olvidan la importancia  que tiene para la estabilidad del próximo gobierno lo que digan las urnas en el País Vasco. Las encuestas, que han proliferado más que nunca, dicen que en esta comunidad autónoma  el PP va a crecer en detrimento del PSE, y lo mismo ocurrirá con la formación que presenta la Izquierda Abertzale denominada Amaiur, que sale victoriosa frente al PNV.

En un debate organizado en el Ateneo de Madrid hace unos días, Francisco José Llera, catedrático de Ciencia Política y director del Euskobarómetro, vaticinó que en las próximas elecciones generales los partidos nacionalistas no superarían en votos al PSE y al PP en el País Vasco. No olvidemos que el señor Llera lleva pulsando  las opiniones políticas de los vascos desde hace muchos años y ello de otorga una gran dosis de experiencia que puede avalar sus previsiones. Veremos.

Y también está por ver la influencia que va a tener en el electorado vasco el anuncio de ETA de abandono definitivo de la violencia, pero todo apunta a que los de Amaiur van a rentabilizar esta decisión de la banda terrorista. De ahí la huida hacia delante que está protagonizando el PNV, cuyo líder Iñigo Urkullu, anuncia planes soberanistas por doquier para impedir que los votantes más jóvenes se le fuguen hacia la Izquierda Abertzale, cuyo objetivo es lograr grupo parlamentario en Madrid, aunque sea con el apoyo de los independentistas catalanes.

Pero quien deberá enfrentarse a la situación creada tras la consulta electoral será el nuevo gobierno y es evidente que no será lo mismo si preside el ejecutivo Pérez Rubalcaba o Rajoy. Los socialistas han protagonizado las negociaciones con el mundo de ETA en los últimos años, dicen que con el conocimiento del PP, pero Rajoy no parte de las mismas premisas, puesto que su actitud de campaña se centra en el respeto a las leyes, sin concesiones y según evolucionen los acontecimientos.

Gane quien gane, el nuevo gobierno deberá tener en cuenta lo que dicen los vascos en las urnas para desarrollar su política en Euskadi, que será muy distinta si, como vaticina el director del Euskobarómetro, se produce una mayoría de votos  del PP y PSE frente a los del PNV y Amauir.

A todo esto, no olvidemos que la hoja de ruta de ETA pasa por  obtener el respaldo popular suficiente que le permita a la Izquierda Abertzale colocar a su candidato al frente del gobierno autónomo vasco en el año 2013.