El BCE deja muy claro que no tiene prisa por bajar los tipos de interés

25/01/2024

Miguel Ángel Valero. Los tipos de interés estarán “en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario”, reitera el Banco Central Europeo.

Como se esperaba prácticamente todo el mundo, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha dejado sin cambios los tipos de interés de la zona euro en el 4,5%, el nivel máximo desde 2001 y que lleva ahí desde septiembre de 2023. Entonces, el BCE paraba las subidas de tipos a la vista de que la inflación se está acercando al objetivo del 2% pero también por el deterioro en la actividad económica de la Eurozona.

También como se esperaba y adelantaba ayer diarioabierto.es, el BCE ha dejado muy claro que no comparte la ansiedad de los mercados y que no tiene prisa en bajar los tipos. Argumenta que los datos más recientes confirman “en líneas generales su anterior valoración sobre las perspectivas de inflación a medio plazo”. Esto se traduce en que el BCE mantiene sus expectativas sobre que la inflación se sitúe en el 2,7% este año; el 2,1% en 2025 y el 1,9% en 2026.

Por tanto, los tipos de interés estarán “en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario”. “Al margen de un efecto de base alcista sobre la inflación general relacionado con la energía, la tendencia a la baja de la inflación subyacente ha continuado y las subidas anteriores de los tipos de interés siguen transmitiéndose con fuerza a las condiciones de financiación. Las restrictivas condiciones de financiación están frenando la demanda, lo que está ayudando a reducir la inflación”, argumenta el comunicado.

El BCE “continuará aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados. En particular, las decisiones del Consejo de Gobierno sobre los tipos de interés se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria”.

El BCE mirará con lupa el impacto en la inflación de las habituales las revisiones salariales de comienzos de año, y, a través del incremento del precio de las materias primas, de los problemas en el tráfico marítimo en el Mar Rojo tras la invasión de Gaza por Israel y los ataques hutíes a buques.

También se muestra plenamente consciente del efecto de diez subidas consecutivas del precio oficinal del dinero sobre la oferta y demanda de crédito y, por tanto, sobre la actividad económica en la Eurozona. Aunque reconoce que este impacto de la política monetaria todavía no ha concluido, descarta una recesión en la Eurozona. Este año apenas crecerá un 0,8%.

La presidenta, Christine Lagarde, insiste en que la bajada de tipos puede comenzar en junio, pero también en que dependerá de la inflación: “Tenemos que estar más avanzados en el proceso de desinflación antes de estar seguros de que el objetivo de inflación podrá alcanzarse en el momento adecuado y de forma sostenible”.

Fin de las reinversiones del programa de compras por la pandemia

Sin novedades sobre el programa de compras de activos (APP) y el programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP), aunque tampoco se esperaban. «El tamaño de la cartera del APP está reduciéndose a un ritmo mesurado y predecible, dado que el Eurosistema ha dejado de reinvertir el principal de los valores que van venciendo», señala el BCE.

El Consejo de Gobierno espera seguir reinvirtiendo íntegramente durante el primer semestre de 2024 el principal de los valores adquiridos en el marco del PEPP que vayan venciendo. En el segundo semestre, reducirá la cartera del PEPP en 7.500 millones€ mensuales en promedio. Y se pondrá fin a las reinversiones en el marco del PEPP a final de 2024.

«A medida que las entidades de crédito reembolsen los importes obtenidos en el marco de las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico, el Consejo de Gobierno evaluará periódicamente la forma en que estas operaciones y sus actuales reembolsos están contribuyendo a la orientación de su política monetaria», añade.

Recuerda que «el Instrumento para la Protección de la Transmisión está disponible para contrarrestar dinámicas de mercado no deseadas o desordenadas que constituyan una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria en todos los países de la zona del euro, lo que permite al Consejo de Gobierno cumplir con mayor efectividad su mandato de estabilidad de precios».

Reacciones de los analistas

Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad, opina que “el mercado interpreta que el BCE ya habla de debatir sobre bajar tipos en algún momento este año”. “Mensaje breve pero muy en línea con lo esperado por parte del BCE, que mantiene tipos en el 4,5% y lanza un mensaje positivo, en la medida en la que reconoce los avances en la lucha contra la inflación, pero firme, en el sentido de que mantendrá los tipos altos durante el tiempo necesario para conseguir llegar a su objetivo, del 2%, allá por 2025. El BCE aún no tiene la convicción de que la inflación va a regresar a su objetivo, tanto como para dar comienzo al ciclo de recortes de tipo de interés de manera inmediata”, matiza.

Hace hincapié en el enfoque “pendiente de los datos que se publiquen” que recoge el comunicado y califica de “muy interesante” ya que, “en esencia deja abiertas las puertas a las bajadas de tipos, relativamente pronto -y por ‘relativamente pronto’ entendemos el verano de 2024-”. “Nuestro escenario central es que de mantenerse la tendencia actual y las condiciones actuales deberíamos ver bajadas de tipos antes del verano con un total de entre 75 y 125 puntos básicos en el año, dependiendo de la evolución macro”, agrega.

“El mero hecho de reconocer que ‘no se ha debatido sobre bajada de tipos’ implica que sí se ha hablado sobre ‘debatir acerca de bajada de tipos’”. “El BCE no debate, pero ya habla de debatir sobre bajar tipos en algún momento este año y el mercado parece interpretarlo así, con un movimiento de mejora de valoración de bonos en las curvas europeas, tras el comunicado y conferencia de prensa de Christine Lagarde”, matiza.

“En todo caso, entendemos que los datos de inflación, aún superiores al 3%, seguirán marcando la pauta de este proceso, por encima del deterioro de la macro europea, salvo en algún caso concreto como en España, claramente en peor situación que la estadounidense”, comenta Pedro del Pozo. “Prevemos además un crecimiento muy bajo en Alemania, que no deja de ser la locomotora de Europa, para este año 2024, lo que presenta la posibilidad de bajada de tipos en Europa antes que en Estados Unidos”, agrega.El director de inversiones financieras de Mutualidad indica que “las bajadas van a ser bastante simultáneas”. “Vemos poco probable que el BCE se arriesgue a una bajada prematura, y el proceso de tipos irá de la mano en Europa y en Estados Unidos”, rubrica.

Franco Macchiavelli, responsable de análisis en Admirals España, destaca que Lagarde avisa del impacto del mayor coste del transporte marítimo en la inflación. «Una inflación salarial ajustándose y cada vez menos vacantes de empleo, deberían enfriar el temor a un repunte inflacionario, sin embargo, las inflaciones de segunda y tercera ronda pueden poner en un aprieto a Lagarde en próximas reuniones del BCE».

Felix Feather, economista de abrdn, apunta que «aunque todavía no coincide con las expectativas del mercado, que ve inminente un rápido ciclo de recortes, el BCE ha adoptado un tono algo más moderado», por «la reducción de las expectativas de inflación y la continua fortaleza de la transmisión de una política monetaria más restrictiva a los precios de consumo.»

«Consideramos que los recortes están en camino. Aún no sabemos con certeza cuándo se producirán», pero cree que Lagarde «nos dio más pistas sobre los datos que los inversores tendrán que vigilar si quieren anticipar el momento de un recorte de tipos: además de los datos de inflación, también será clave la evolución puntual de los datos de crecimiento salarial».

Juan Villén, director general de idealista/hipotecas, saca dos conclusiones, La primera, que que «la dirección de los tipos de interés en el futuro próximo es sin duda a la baja, confirmando definitivamente que lo más alto de la curva ha quedado atrás». La segunda, que «la ralentización de las principales economías europeas, así como su impacto en los niveles de empleo, nos hacen pensar que esta primera bajada cada vez está más cerca y que el BCE podría incluso adelantar la medida a antes del verano, si viera que el debilitamiento de la economía se acelera y se traslada definitivamente a los precios».

«El impacto en los tipos de interés tiene que ser positivo, especialmente en el Euribor a 12 meses, mientras que los plazos más cortos probablemente no veamos una caída sustancial hasta que se materialicen las bajadas de los tipos de referencia del BCE Para aquellos que tienen una hipoteca variable, especialmente los que tengan revisiones a partir de abril, empezarán a notar los efectos de esta caída del Euribor, y los que tengan la revisión en la segunda parte del año verán cómo sus cuotas mensuales caen en un porcentaje superior. Para los que están buscando vivienda también son buenas noticias, pues en este inicio de año ya hemos visto cómo la mayoría de los bancos han revisado sus ofertas hipotecarias a la baja, una tendencia que esperamos se consolide según avanza el año”, subraya.

«Existe el riesgo de que las bajadas de tipos de interés se retrasen», advierte Fabien De la Gastine, responsable de gestión monetaria de La Française AM. «La principal hipótesis del mercado es, por tanto, que la desinflación ha avanzado lo suficiente como para permitir que la mayoría de los bancos centrales de los países desarrollados empiecen a recortar pronto sus tipos de interés oficiales, reduciendo el riesgo de un aterrizaje brusco y allanando el camino para una reanudación del crecimiento moderado en el segundo semestre de 2024», apunta.

«Para confiar en que la inflación vuelva al objetivo del 2%, el componente de servicios, actualmente en niveles muy elevados, tendrá que caer más bruscamente. Esto llevará algún tiempo dadas las persistentes tensiones en el mercado laboral. Los salarios aumentarán más que la inflación en 2024, lo que seguirá alimentando la inflación (sobre todo en los servicios), y los efectos de base negativos sobre el componente energético se volverán positivos. Algunas medidas de apoyo deberían suspenderse e impulsar aún más la inflación (por ejemplo, la reversión de los recortes del IVA o el fin gradual del blindaje arancelario francés). La inflación alimentaria podría seguir siendo persistente, con algunos riesgos asociados a fenómenos climáticos extremos desfavorables», matiza.

«El nivel de caída de la inflación y los primeros recortes de tipos previstos por los mercados parecen ahora excesivos. Por ello, mantenemos la prudencia sobre los tipos a corto plazo durante los primeros meses del año, ya que existe el riesgo de un retraso en las bajadas de tipos de interés», insiste.

Para Orla Garvey, gestora sénior de carteras de renta fija de Federated Hermes, “la pregunta clave ahora es si el ciclo terminará con los tipos en territorio neutral o de estímulo, eso dependerá en parte de cuánto espere el BCE para empezar”. «El mercado está valorando aproximadamente 180 puntos básicos de recortes en el transcurso de los próximos dos años, la mayor parte de los cuales se producirán en el segundo semestre de 2024. Creemos que, teniendo en cuenta los progresos realizados en materia de inflación y las débiles perspectivas de crecimiento, esta cifra es totalmente razonable», explica.

Dave Chappell, Gestor Senior de Cartera de Renta Fija de Columbia Threadneedle Investments, subraya la frase “duración suficientemente larga” porque se abre «la puerta a un cambio de política quizás antes de lo esperado».

Martin Moryson, Chief Economist Europe de DWS, defiende que «el BCE aún no necesita bajar los tipos de interés, puesto que las perspectivas económicas aún no son lo suficientemente malas para ello» y descarta una recesión. Lagarde «dejó claro una vez más que las discusiones sobre los recortes de los tipos de interés serían prematuras en la actualidad», pero «junio sigue siendo la fecha preferida por el BCE para un primer recorte de los tipos de interés». «Además de los datos de inflación, la evolución de los salarios es protagonista en las deliberaciones del BCE. La información relevante para la mayoría de los empleados no estará disponible hasta finales del primer trimestre. Además, las proyecciones del BCE presentarán sus nuevas proyecciones en la reunión de junio. Por lo tanto, mantenemos nuestra evaluación de que no habrá recortes de los tipos de interés antes de junio», razona.

Manuel Pinto, analista de XTB, interpreta que el BCE «mantiene firme su discurso de continuar analizando los datos macroeconómicos de manera recurrente, pero nos llama la atención que el foco se trasladase a las presiones salariales, principal motivo por el que el BCE podría aplazar los recortes de los tipos de interés».

Tras finalizar la reunión del BCE, se descuenta con una probabilidad del 70% la existencia de un primer recorte de los tipos en abril, y 140 puntos básicos de flexibilización durante el año, frente a los 130 puntos que se preveían previamente.

Martin Wolburg, economista senior en Generali AM, cree que «el BCE ha procedido con cautela para sentar las bases de un giro en su política». «Los datos salariales que se conozcan en la reunión del 7 de marzo, junto con las proyecciones macroeconómicas actualizadas, serán clave para el momento en que se produzca el recorte de tipos. Dado el tono prudentemente moderado de la reunión de hoy, el riesgo de un recorte antes de junio ha aumentado un poco», apunta.

François Cabau y Hugo Le Damany, economistas de AXA IM, aporta otra reflexión: «El Consejo de Gobierno del BCE parece más inseguro y dividido de lo que pensábamos». «No puede descartarse una bajada de tipos en abril si los datos de inflación no sorprenden al alza. Seguimos previendo que el BCE mantenga un enfoque prudente y que, por tanto, el ciclo de recortes se inicie en junio», precisa.

El tono pasó de «no debemos bajar la guardia en absoluto» en diciembre a «necesitamos avanzar más en el proceso de desinflación para confiar lo suficiente en que el objetivo de inflación se alcance a tiempo y de forma sostenible», mucho más suave, que enfatiza más bien el modo de gestión del riesgo.

«El hecho de que un recorte de tipos en abril sea una posibilidad real implica que las previsiones de marzo serán cruciales», recalcan. «Otra revisión a la baja de las previsiones de crecimiento también podría respaldar el mensaje del BCE en marzo y apuntar hacia un recorte inminente», insisten.

«Nuestra línea de base se mantiene sin cambios, con recortes de tipos a partir de junio de 25 puntos básicos por trimestre. Los salarios negociados aún tienen que cambiar de forma decisiva, mientras que la productividad laboral sigue siendo débil», pero al mismo tiempo «creemos que no puede descartarse un recorte de tipos en abril».

 Charles Diebel, responsable de Renta Fija de Mediolanum International Funds (MIFL), resalta que «el tono general de las declaraciones de Christine Lagarde ha sido más bien cauteloso, centrándose principalmente en los riesgos económicos y en la perspectiva de una mayor desinflación en un contexto de menor crecimiento». «El mercado se centra ahora en la posibilidad de adelantar la primera bajada de tipos. La probabilidad depende de que los datos de crecimiento sigan siendo débiles, dadas las expectativas generales de que la inflación siga bajando», añade.

Sebastian Vismara, Macroeconomista Senior de BNY Mellon IM, interpreta que «a pesar de declarar que es pronto para hablar de los recortes de tipos, Lagarde ha confirmado sus comentarios sobre un posible recorte en verano, y no ha negado la posibilidad de que se produzca incluso antes. Tampoco se ha mencionado que las expectativas de tasas más bajas derivan de una excesiva relajación de las condiciones financieras».

«Creemos que es probable que el BCE comience a recortar los tipos en el segundo trimestre de 2024 (abril o junio) tras una nueva rebaja de las perspectivas de crecimiento e inflación en la reunión de marzo de 2024 (cuando se publicará la próxima previsión), y que recortará tipos rápidamente durante el resto del año”, vaticina.

Rubén Segura-Cayuela, Economista jefe de Bank of America para Europa, opina que «el BCE está a la expectativa. La presidenta del BCE, Lagarde, reiteró (aunque de forma algo enrevesada) sus comentarios de Davos sobre la probabilidad de recortes de tipos para el verano (o, en términos que dependen más de los datos que de los datos, es probable que los datos estén donde ellos quieren para entonces)».

«También recibimos un revés en la fijación de precios del mercado, pero los mercados seguramente querrán interpretarlo como más suave que antes, sobre todo porque Lagarde no se opuso explícitamente a los recortes anteriores cuando se le preguntó si abril estaba vivo. Sin embargo, también argumentó que un debate sobre los recortes se consideraba prematuro en el Consejo de Gobierno. El BCE se encamina hacia los recortes, pero sin precipitarse ni comprometerse de antemano. La falta de oposición explícita a un recorte en abril lo mantiene vivo. Por lo tanto, nuestra conclusión es breve: nos mantenemos en nuestra previsión de un primer recorte en junio, y los recortes más rápidos a partir de entonces son el escenario alternativo más probable”.

 

 

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