Las impresoras 3D está abriéndose paso en muchos ámbitos como la fabricación de piezas de aviones o automóviles, prótesis para medicina (recientemente se hizo público el caso de una mujer de 83 años al que le fue trasplantada una mandíbula), réplicas de museo (esculturas y fósiles, para ser estudiadas por los científicos sin dañar los originales), probar prototipos, maquetas de edificios, industria alimentaria (por ejemplo, figuras de chocolate), joyería y muchos más. Las ventas generadas por la impresión 3D alcanzarán los 3.000 millones de dólares en 2016, según la analista IBISWorld.

Pero a la vez que se extienden en la producción masiva, las impresoras 3D se están utilizando también para algo más complejo: imprimir tejidos a partir de células lograr órganos humanos en el futuro. Ese es el objetivo de la empresa Organovo (con sede en San Diego), que acaba de ser incluida en la lista anual de las 50 empresas más innovadoras de la revista Technology Review, propiedad del prestigioso MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Una distinción más para su vitrina. El desarrollo de órganos con esta impresora 3D permitiría realizar trasplantes bajo demanda, sin la necesidad de esperar un donante, y supondría un menor riesgo de rechazo porque las células recolectadas provienen del propio paciente.

El sueño de Organovo para imprimir réplicas de órganos comenzó en 2009, cuando desarrollaron NovoGen MMX Bioprinter, una impresora 3D para fabricar tejidos y quién sabe si algún día órganos. Con ella los científicos e ingenieros pueden colocar de forma precisa capas de células de casi cualquier tipo hasta completar una réplica del patrón tridimensional diseñado en el ordenador. De esta manera podría conseguir un riñón, un hígado o dientes.

Hace dos años, la impresora 3D NovoGen MMX logró imprimir vasos sanguíneos, las primeras arterias personalizadas con las células de un individuo. Un “avance emocionante hacia los injertos funcionales de arterias humanas”, dijo entonces el director de la compañía, Keith Murphy. Se abría paso así al desarrollo de tejidos bajo demanda, en un logro de la medicina regenerativa.

Actualmente, los tejidos creados (pulmonar, músculo cardiaco y vasos sanguíneos) están siendo utilizados para investigar en enfermedades, probar la eficacia y los efectos secundarios de nuevos fármacos y efectuar pruebas de toxicología. En febrero, Organovo ha recibido 6,5 millones de dólares para financiar su investigación. Un dinero con el que buscarán nuevos usos de su impresora 3D en el descubrimiento de fármacos y conseguir su objetivo final de imprimir órganos humanos.

Impresora 3D para usuarios domésticos

Las impresoras 3D fabrican objetos tridimensionales a partir de una imagen digital (archivos CAD 3D). Imprimen sucesivamente capas de material (plástico, plata, titanio…) hasta completar el objeto. Este método supone un ahorro de costes en la fabricación ya que evitan el desperdicio de materiales y la necesidad de elaborar moldes, cortar, lijar… las piezas.

Además de abarcar un sinfín de sectores, con proyectos tan ambiciosos como la impresora 3D de Organovo para imprimir órganos, esta tecnología también llegará al hogar: 3D Systems, pionera en este terreno, presentó en enero en la feria CES 2012 en Las Vegas la primera impresora para el hogar, denominada Cubify. Con ella puede imprimir objetos, desde una hebilla hasta una taza. Llegará al mercado en el primer semestre del año por 1.299 dólares. Y la compañía Stratasys, competencia de 3D Systems, prepara una impresora 3D para que los niño se fabriquen sus propios juguetes.