La pérdida salarial a finales de año podría ser mayor de lo esperado. Una cláusula incluida en el pacto salarial –que modula la firma de convenios y su actualización- señala que los trabajadores perderán su derecho a la revisión de los salarios, en caso de que la subida de los precios del petróleo sea superior  al 10% en un año, como ocurre en la actualidad y, previsiblemente, también a finales de 2012.

La cláusula, incluida en el pacto que firmaron en enero los sindicatos y los empresarios, establece que los trabajadores no tendrán derecho a ninguna revisión salarial en caso de que el petróleo se encarezca más de un 10% en el último año, como es el caso, tal y como se ha apresurado a recordar la gran patronal CEOE.

Los salarios perderán por tanto en torno a un 2,5 por ciento de poder adquisitivo a finales de año, a juzgar por la evolución del IPC, del precio del petróleo y según establece el mencionado II Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva, firmado por CEOE, Cepyme, UGT y CCOO.

En aquel pacto, los empresarios lograron que los sindicatos renunciaran por primera vez a las cláusulas de revisión salarial en función del IPC, un método tachado de inflacionista.

En su lugar, los agentes sociales acordaron un sistema que tenía en cuenta la evolución del petróleo, y que anulaba cualquier derecho a revisión salarial, en determinados casos que se detallan.

En concreto, según han recordado los empresarios, el pacto establece tres supuestos para la actualización de los salarios. Un primer supuesto alude al caso de que el IPC español acabe el año por encima del 2 por ciento. En ese caso los trabajadores tendrían derecho a actualizar sus salarios, aunque solo por la cuantía que exceda ese 2 por ciento.

Un segundo supuesto trata de anclar la competitividad española a la zona euro. Así determina que, en caso de que el IPC español supere al IPC armonizado de la zona euro, se tendrá en cuenta este último, para el cómputo de la revisión salarial.

El último supuesto liga los salarios a la evolución del petróleo y fija que, en caso de que el precio del Brent sea un 10 por ciento superior al de hace doce meses, se cambiarán por la inflación subyacente los referentes anteriores.

Según se conoció hoy, los precios crecieron un 2,7 por ciento en el último año, según los datos de agosto, lo que hace pensar que la inflación cerrará el año en torno al 3 por ciento, una vez que se compute la subida del IVA que tuvo lugar en septiembre.

Tras conocer los datos, los empresarios se apresuraron a subrayar que, si se mantienen estos niveles en el precio del petróleo, el Acuerdo obliga a considerar para la activación o no de las cláusulas el nivel de precios que marca la inflación subyacente, que acabó agosto en el 1,4 por ciento interanual, por debajo del 2 por ciento, por lo que “no habría lugar” a activar las cláusulas de revisión salarial.

UGT da por roto el pacto

A pesar de lo firmado, la pretensión de los empresarios chocará a buen seguro con la oposición de los sindicatos. De hecho, UGT dio por roto el acuerdo el pasado mes de agosto, según informó este diario, ante la tibia actitud, en su opinión, de los empresarios a la hora de defender el texto íntegro del Acuerdo.

El sindicato que dirige Cándido Méndez esgrimió entre las razones para finiquitar el acuerdo que el pacto de moderación salarial formaba parte de un acuerdo más amplio, algunas de cuyas partes –como las que atañen a la negociación colectiva y los mecanismo de flexibilidad- fueron aniquiladas por la reforma laboral de Rajoy, apenas un mes más tarde.

Además, tanto UGT como CCOO acusaron hoy a los empresarios de ser los causantes del alza de la inflación, que destruye la competitividad de las empresas españolas y merma los ingresos de los trabajadores, al negarse a moderar sus beneficios, especialmente en algunos sectores, advirtieron como la energía y algunos servicios, destacaron.

Sin embargo, los empresarios se defendieron de la acusación al afirmar que “una buena parte” de las empresas y el comercio están realizando un esfuerzo por mantener los precios “muy contenidos”, lo que se observa en su opinión en el nivel “reducido” que presenta la inflación subyacente, un 1,4 por ciento.