Objetivo cumplido. Pero a medias. Después de examinar a 14 grupos bancarios (y sus planes de negocio para los próximos tres años), 36 millones de préstamos, ocho millones de garantías, implicar en la tarea a 400 auditores y a seis tasadoras, analizar 115.000 operaciones para ver si las provisiones eran correctas, y evaluar 1,7 millones de tasaciones de viviendas y 8.000 de activos singulares, y aplicar un escenario adverso muy estresado, con una caída de 6,5 puntos del PIB entre 2012 y 2014 y una probabilidad de impago entre tres y cinco veces las actuales, la banca española sale de las pruebas de Oliver Wyman con unas necesidades de capital de 59.300 millones de euros. Muy lejos de los 100.000 millones de tope de la ayuda financiera que pactó el Gobierno con Bruselas en julio, como destacaron Fernando Jiménez Latorre, secretario de Estado de Economía, y Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España.

Esa cifra hubiera sido de 53.700 millones si se consideran las fusiones ya en marcha (Unicaja España Duero y Libercaja) y el efecto fiscal. Por eso, el objetivo se ha cumplido a medias. Oliver Wyman sólo ha aceptado los créditos fiscales en las entidades privadas, no en las nacionalizadas (Bankia/BFA, NovaGalicia, CatalunyaCaixa, Banco de Valencia), y se quedan en 3.000 millones.

Con el ‘banco malo’, que será presentado la semana que viene y que sólo acogerá crédito promotor a un precio “conservador” (según Jiménez Latorre) y “cercano al valor de mercado y que genere perspectivas de rentabilidad para los gestores” (según Restoy), y otros ajustes que hagan las entidades (venta de activos, quitas a titulares de preferentes y subordinadas, captación de capital privado) las necesidades de la banca española se reducirán en 20.000 millones (como adelantó Diarioabierto.es el pasado jueves).  Hasta los 40.000 millones.

El análisis de Economía y del Banco de España es que, en el escenario base, “el más probable”, las entidades, al margen de las nacionalizadas, no tendrán problema alguno en cumplir con los requisitos de capital, ya que sólo BMN figura, y son 400 millones. En el escenario adverso, aparecen tres: Libercaja (2.100 millones), BMN (2.200 millones) y Popular (3.200 millones). El 86% de las necesidades de capital proceden de las entidades nacionalizadas, y el 62% del crédito total en España está en manos de entidades que no necesitan ayudas.

El Popular no necesitará ayudas públicas

Libercaja (Ibercaja, Caja 3, Liberbank) está en proceso de fusión. BMN lleva tiempo buscando capital privado y tuvo contactos con el Popular. Éste ha dejado muy claro que no recurrirá, en caso alguno, a ayudas públicas. El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, deja muy claro que serán los planes de recapitalización los que determinarán si esas ayudas públicas son necesarias o no. Pero da a entender que el plan que presentará en los próximos días el Popular será suficiente para no imponer a este grupo esas ayudas públicas que rechaza con rotundidad.

Las fusiones en marcha, Unicaja España Duero y Libercaja, seguirán su rumbo, aunque deberán ajustar su calendario a las nuevas fechas (30 de junio de 2013 como tope). Es decir, deberán acelerarse. Y los resultados del examen producirán «una alteración» de los términos de los acuerdos de integración, ya que tendrán más peso las entidades más saneadas: Unicaja, en un caso, e Ibercaja, en el otro.

Sector saneado

El resultado del examen es, según Restoy, un sector financiero “holgadamente capitalizado, profundamente saneado y significativamente más eficiente”, que contribuirá a la recuperación de la economía española. Para Jiménez Latorre, emerge “un sector financiero sólido, que no suscite dudas en los mercados”.

Pero el subgobernador del Banco de España reconoce públicamente que el proceso de saneamiento de la banca no se va a traducir en más créditos a empresas y familias, al menos a corto plazo. “Seguirá el descenso del crédito durante un tiempo, pero este proceso debe facilitar su restauración”, matiza.

Venta de entidades, lo antes posible

Una vez que el proceso de saneamiento y reestructuración de la banca española se encarrile, la prioridad del Ministerio de Economía y del Banco de España es, más que nuevas fusiones en el sector (a las que no harían precisamente ascos), vender las entidades nacionalizadas, que sufrirán un “drástico adelgazamiento” durante su saneamiento, “lo antes posible”. Aunque eso “dependerá del interés que exista por comprarlas”, admite Restoy, en una clara invitación a las entidades ‘sanas’, especialmente al Santander (el único que no ha movido ficha en este baile), a que realicen adquisiciones.

El primer paso será recuperar la subasta de CatatalunyaCaixa y del Banco de Valencia, suspendidas al inicio de la negociación con Bruselas, “probablemente, en los próximos meses”.

Economía y Banco de España descartan liquidaciones de entidades. Prefieren su venta, “con ayudas públicas de por medio para sanearlas, en procesos competitivos”.