Después de nueve años, el exnovio de Letizia Ortiz, David Tejera, habla. Y aunque no pone adjetivos es tan claro lo que le responde al periodista Alfons García, en la entrevista que publica “La nueva España”, que no necesita dar más explicaciones. El día después de conocerse la fianza de 8 millones de euros a Iñaqui Urdangarín, les cae otra “bomba”.

Cuando Alfons le pregunta: ¿Le molesta que le identifiquen por su pasado sentimental con Letizia Ortiz? El periodista, David Tejera, que trabajaba en la cadena de televisión CNN y era el novio oficial de la actual Princesa de Asturias, responde; Quizás el primer año, pero después uno se inmuniza. Yo he tenido mucha suerte en la vida sentimental a partir de ahí y lo tomo hoy como una anécdota. Cuando ocurrió sólo tuve tres posibilidades; adularla mintiendo; decir la verdad y, por tanto, hablar mal y quedar como un rencoroso resentido, y dejar que cada cual saque sus conclusiones. Fue ésta la que escogí. Ni la he adulado, ni la he criticado con rencor; creo que es lo más honesto que podía hacer.

¿Escribir, literaturalizar aquella historia, nunca le ha seducido?

No, tengo cosas más importantes que hacer. Mientras la imaginación me dé para escribir, prefiero ese camino. Claro que me han tentado para escribir sobre Letizia, pero de momento que corra el aire.  Y en este país no es tan fácil publicar historias de ese cariz, aunque vamos abriendo los ojos, aún queda un círculo poderoso dispuesto a cerrar filas.

“Adularla mintiendo”, esa frase de David Tejera encierra dinamita. Y esta otra; “no es tan fácil publicar historias de ese cariz, aunque vamos abriendo los ojos, aún queda un circulo poderoso dispuesto a cerrar filas” es tan gráfica que hay que darles a ambos la enhorabuena, a Tejera por decir tanto en tan poco espacio y a Alfons por haber conseguido lo que tantos hubiéramos querido.

David Tejera era el novio oficial de Letizia Ortiz, cuando ella estaba afianzando su relación con Felipe de Borbón, los dos periodistas vivían juntos y Tejera se enteró por el telediario, como toda España, que su novia era también la prometida del príncipe. Su actitud de silencio fue alabada por honesta pero también por lógica. Vive en España y supongo que quería seguir viviendo aquí. David, al día siguiente de hacerse público el compromiso de su novia con el príncipe Felipe, fue llamado a la Zarzuela, le pidieron que fuera solo y él contestó, que iría con su hermano, como así fue. Lo que allí sucedió y lo que allí le explicaron, quizás algún día se sepa, en forma de literatura o como documento histórico o quizás no. Lo que está claro es que el pasado no lo borra ni el tiempo ni el silencio.