La dirección de Iberia escondía cartas en la manga ante el inicio de una etapa clave de las negociaciones del plan de transformación de la aerolínea con los sindicatos o ha tenido que ceder por la presión del Gobierno que asumió parte de las tesis de los empleados, o el giro se debe a ambos aspectos, a la vez, ademas de a otros temas. El caso es que la compañía ha alcanzado un preacuerdo con los sindicatos de tierra, mantenimiento y tripulantes de cabina de Iberia que ha servido para que estos colectivos desconvocasen los paros previstos. Así, con la reunión mantenida hoy lunes en el órgano de arbitraje Sima se da, al menor por momento, carpetazo a los augurios más pesimistas que apuntaban a un conflicto largo y de consecuencias imprevisibles para el futuro de Iberia. Lo que sí ha logrado la dirección es dejar en solitario a los pilotos, a los que se invitará a sumarse a esta alianza.

Y esto ha ocurrido básicamente porque la empresa ha modificado algunos de los principios de su plan, que despertó la contundente oposición entre los trabajadores y provocó la reacción más virulenta del Gobierno, a través varios ministros, a los planes de una empresa en el año de existencia del Ejecutivo de Rajoy. El titular de Industria, José Manuel Soria, fue el más crítico en temas con el cierre de algunas rutas a América Latina. Y sin hablar de la posibilidad de la ruptura de la fusión con BA, se dejó caer que Iberia era la perjudicada por la operación.

Ahora IAG -grupo formado por Iberia y British Airways- señala que el plan de futuro de la compañía se extenderá hasta el 2017, mientras que la segregación de los activos de la compañía no se producirá hasta ese año. Otro tema que ha sido básico en el acuerdo es que el recorte de la plantilla se realizará con las condiciones pactadas en el expediente de regulación de empleo vigente desde 2001.

No obstante Iberia mantiene, por el momento, su intención de recortar la plantilla en 4.500 personas. Hasta ahora la vía a emplear iba a ser los despidos, pero en la reunión de este lunes ha indicado que utilizará las prejubilaciones de forma prioritaria, al igual que las bajas incentivadas y recolocaciones. En principio parece que podrán acogerse a estas prejubilaciones dos tercios del total de la plantilla afectado por el plan (3.000 de 4.500).

El acuerdo que se ha suscrito incluye la constitución de mesas de negociación para desarrollar los puntos del documento, con el objetivo de que las partes fijen «las medidas necesarias para conseguir en el horizonte de 2017, la viabilidad y sostenibilidad de Iberia”, lo que incluye hacer rentable las líneas de corto y medio radio. La compañía además se compromete a una inversión que permita la renovación de la flota para alcanzar los objetivos del plan. Otro punto del pacto establece la inclusión de los negocios de handling y mantenimiento en el grupo hasta el 2017.

Este preacuerdo se extiende en principio hasta el 31 de enero de 2013, tope fijado por la empresa para el fin de las negociaciones. Si llega esta fecha, aunque se podría ampliar, sin haberse alcanzado el acuerdo definitivo, ambas partes quedarán liberadas de estos compromisos.

No obstante, falta un elemento clave, ya que el pacto se ha alcanzado con los sindicatos del personal de tierra y de tripulantes de cabina, pero no con el Sepla (pilotos), que no figuraban entre los convocantes de la huelga por estar pendiente la repetición del laudo arbitral. Iberia citará al Sepla para que se una a estas propuestas.