En auténticas condiciones invernales, Jaguar nos ha ofrecido probar su nuevo sistema de tracción total AWD equipado en los XF y buque insignia XJ, ambos con motor de gasolina 3.0 V6 de 340 CV (250 km/h de punta limitada y 0 a 100 km/h en 6,4 segundos, con un gasto cifrado en 9,8 l/100 km). Una interesante transmisión recomendable en cualquier ocasión, pero sobre todo en circunstancias de conducción crítica por lo adverso de la meteorología y lo deslizante del asfalto.
Para desarrollar la nueva tracción 4×4 de los XF y XJ AWD, Jaguar se ha apoyado en la experiencia de Land Rover, ambas marcas propiedad del gigante indio Tata. El resultado es un sistema de automatismo total que monitoriza de continuo la adherencia y la actuación del conductor para anticiparse y reaccionar ante de deslizamientos o derrapajes, asegurando la máxima capacidad de tracción.
Según circunstancias
En condiciones normales, la mayor parte del par motor llega al eje trasero, por lo que XF y XJ AWD conservan el habitual tacto de conducción típico de los coches de propulsión o tracción trasera, más deportivo que los tracción delantera. Sólo al arrancar, una parte de su fuerza se traslada al tren anterior para garantizar una aceleración más suave y controlada. Desde ahí, una centralita electrónica supervisa las condiciones del firme, la posición del acelerador y los movimientos del volante. Si detecta la menor diferencia de giro entre las ruedas de ambos ejes reacciona evitando desmanes; el reparto de par llega al 50 por ciento.
El proceso se realiza dentro del programa de conducción normal. Ofrece, además, modos de trabajo Winter y Dynamic: el primero refuerza el envío de fuerza al tren delantero. Ahí, el estabilizador DSC supervisa deslizamientos potenciales actuando, si lo precisa, el ABS para frenar selectivamente cada rueda. Con este modo es posible ir a los mandos de XF y XJ AWD en trazados que, en condiciones normales, y sin el sistema probado, hubieran sido muy comprometido.
No recomendable en carretera abierta pero adecuado para conductores avezados, el modo Dynamic aviva la respuesta del acelerador y el cambio; es decir, agudiza la potencia disponible. En esta posición, además de actuar sobre los frenos (el DSC) modifica la firmeza de los amortiguadores si el coche equipa Adaptación dinámica. Como resultado, movimientos más técnicos y precisos. Por su parte, la tracción AWD opera de la misma forma que en modo Normal. En todo caso, conducir en las circunstancias adversas el modo Dynamic requiere concentración y dotes, aunque es excitante: parece difícil, pero es posible trazar curvas con sorprendente agilidad o realizar maniobras de frenado y arranque con medio coche pisando una superficie helada sin perder el control.
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