Los trabajadores del Grupo Tragsa irán a la huelga los próximos 7 y 12 de noviembre. El paro intenta frenar el despido colectivo de un 16 por ciento de la plantilla en la empresa de capital público, en total 1.649 trabajadores. Si no hay acuerdo, la dirección podría empezar a ejecutar los despidos a partir del 15 de diciembre.

Finalmente serán dos los días de huelga convocados en Tragsa y Tragsatec. Los próximos 7 y 12 de noviembre están llamados a la huelga los 9.848 trabajadores de la empresa propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Además, una manifestación recorrerá el centro de Madrid el jueves 7.

La empresa puede iniciar los despidos a partir del 15 de noviembre. Si no hay acuerdo, los sindicatos no descartan nuevas acciones de protesta. Entre ellas figura llevar a los tribunales el despido colectivo, informaron a diario abierto en fuentes sindicales.

La convocatoria de huelga se ha ampliado a dos días, después de que todas las secciones sindicales, UGT, CGT y CSIF, se adhirieran a la convocatoria de huelga en principio planteada por CCOO. Los sindicatos consideran que el despido propuesto por la empresa es “desproporcionado” ya que, según afirman, la empresa pretende ahorrar 28,8 millones de euros con el despido de 803 personas, a pesar de que la previsión de pérdidas apenas supera los 11 millones de euros.

Además, recalcan que este es el primer año en que la empresa prevé tener pérdidas, mientras que los beneficios obtenidos los años anteriores han servido para acumular una bolsa de reservas voluntarias por 150 millones de euros que ahora la empresa no está dispuesta a tocar para salvar los puestos de trabajo.

La dirección no suspende las primas

El despido en Tragsa y su filial Tragsatec afecta a 1.649 trabajadores, un 16 por ciento de la plantilla. Entre tanto, la empresa pública participada por la SEPI, mantiene, según los sindicatos, su política de reparto de incentivos entre su cúpula directiva por una cantidad equivalente a 7 millones de euros.

Los representantes sindicales defienden que “no tiene sentido” mantener las primas a la dirección en caso de que la situación de la compañía sea tan mala como aseguran. Según sus cálculos, terminar con las primas a los directivos ahorraría 7 millones de euros; además se podrían ahorrar otros 8 millones de euros si se reducen los gastos externos y los aprovisionamientos.

Además, CCOO acusa a la compañía de usar cifras erróneas para justificar el ERE, presentado por causas organizativas, técnicas y económicas. En concreto, sostienen que la compañía utiliza una previsión de pérdidas de 13 millones de euros, fechada en 2012; mientras que la última previsión de septiembre de 2013 reduce a 11 millones esas pérdidas. Con la simple actualización de pérdidas podrían salvarse 170 empleos, aseguran.

Los trabajadores de Tragsa y Tragsatec se manifestarán en Madrid el 7 de noviembre. La manifestación partirá del ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en Atocha; y desembocará en las puertas del ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, junto a la Puerta del Sol.