En el último momento llegó el respiro. Los sindicatos y la dirección de Tragsatec acordaron el pasado viernes prolongar el plazo dado para ejecutar el ERE que supone el despido de 420 trabajadores. No hubo más avances. La dirección bloqueó cualquier avance, en palabras de los sindicatos. Por su parte, las centrales buscan “minimizar” el número de despidos planteados en la empresa de capital público.

Los trabajadores de Tragsatec respiraron aliviados el viernes después de la prórroga firmada en la empresa propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Un acuerdo que llegó justo en el último momento antes de que expirara -el 15 de noviembre- el período de consultas del expediente de regulación de empleo (ERE).

Con todo, la prórroga representa el único avance logrado en la negociación. Según fuentes sindicales, la dirección de Tragsatec rechazó en bloque las propuestas presentadas por las centrales. Tan solo se admitió un planteamiento por parte de las centrales. En concreto, se pretende reducir la masa salarial que los trabajadores reciben en forma de salario variable. Una demanda de la dirección, cuyos integrantes se comprometieron a analizar la propuesta sindicales, señalan estas fuentes.

“Hoy no hemos tenido ningún tipo de avance en la negociación, lo que ha provocado que la parte social no haya podido realizar nuevas propuestas”, afirmaron.

“Minimizar” los despidos

Tras la reunión, CCOO afirmó este lunes que pretende “minimizar” el número de despidos previstos por el ERE en Tragsatec. En la reunión del pasado viernes, los sindicatos exigieron más información sobre la situación económica y financiera que atraviesa la empresa propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

Las centrales plantearon a la dirección sus “dudas” acerca de la veracidad de los papeles que avalan el ERE. No es la primera vez. De hecho los trabajadores ya lograron arrancar una rectificación por parte de la dirección sobre la previsión de pérdidas de la compañía. Así, se rebajó la cifra inicial de 17 millones a los 11 millones que se manejan ahora.

En el encuentro, los sindicatos solicitaron nueva documentación sobre la situación económica de la compañía, afirmó CCOO, desde donde recalcaron que se pretende con ello “profundizar” en el análisis sobre el estado real de la compañía.

Las partes en conflicto se reunirán de nuevo el próximo miércoles. La cita esta vez será sin mediadores. Y tratará de avanzar en una negociación que va quemando etapas. De hecho la reunión del miércoles puede ser la última oportunidad para llegar a un acuerdo. Tan solo está fijada una nueva reunión el día 22, fecha de finalización del ERE.

Flexibilidad interna

La parte sindical ha puesto sobre la mesa nuevas medidas de flexibilidad interna. Se da la circunstancia de que Tragsatec forma parte del conglomerado de empresas cuya participación fue requerida el pasado fin de semana por la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, para limpiar las calles de la capital, afectada por una huelga de limpieza. Al término de ese conflicto, la alcaldesa Botella alabó la reforma laboral aprobada en 2012 por el PP, cuyas medidas sobre flexibilidad interna han permitido, según la alcaldesa, el fin del conflicto.

En Tragsatec, la dirección ha exigido a los trabajadores “una batería de medidas adicionales” en materia de flexibilidad laboral. Estas medidas persiguen que los empleados acepten realizar un abanico de taras más amplio que en la actualidad (movilidad funcional). La dirección pide además a los trabajadores que acepten una reducción de jornada y de salario.

La dirección de Tragsatec presentó el expediente de regulación de empleo hace un mes. El pasado 7 de noviembre, los trabajadores de la filial y de su matriz Tragsa fueron convocados a una huelga, que fue secundada por casi el 75 por ciento de sus trabajadores, según los sindicatos. La huelga se acompañó de una manifestación por las calles de Madrid.